En el caso de los niños, los accidentes de tráfico es una “enfermedad” que mata más que la tuberculosis, y solo queda por detrás de enfermedades diarreicas, respiratorias y meningitis, para el caso de los niños de 5 a 9 años.

Cuando la franja de edad se sitúa entre los 10 y los 14 años, la siniestralidad asciende a la tercera posición en lo que a arrebatar vidas se refiere, y solo queda por detrás del SIDA y de las enfermedades diarreicas.

La siniestralidad se ceba especialmente entre los que tiene de 15 a 17 años, donde es la primera causa de muerte, por delante de infecciones tan graves como la tuberculosis o la malaria.

Las víctimas infantiles se concentran más (92%) en los países de renta media y baja. En los países desarrollados la muerte de niños se produce como pasajeros de un vehículo, mientras que en  Latinoamérica y África, es por atropello.

España es uno de los países con menos siniestralidad vial del mundo. De las 1.830 personas que perdieron la vida en el último año, 35 fueron menores de edad. La principal causa hay que achacarla a la falta de precaución de los adultos pues cinco niños no llevaban ningún tipo de sistema de seguridad.

En toda Europa, fallecen al año unos 700 niños por accidentes de tráfico. Una lacra que se puede reducir haciendo un mejor uso de los sistema de seguridad existentes, mejorando la I+D+i en seguridad vial infantil, buscando fórmulas de homologación más exigentes.

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