La nueva normativa tiene como objetivo incentivar el uso del vehículo eléctrico mediante la obligación de que un porcentaje de las nuevas adquisiciones sean eléctricas. La normativa va dirigida a vehículos ligeros y pesados, incluidos los autobuses eléctricos.
Las cutas a cumplir se fijan con el objetivo para los años 2025 y 2030. Así los nuevos objetivos mínimos serán del 36,5% para los vehículos ligeros en 2025 y 2030; los camiones tendrán que cumplir con el 10 y el 14% de la cuota en 2025 y 2030; mientras que los autobuses eléctricos lo harán respectivamente con el 45 y el 65%.
Estos porcentajes son mínimos, por lo que los Estados que así lo deseen podrán ampliarlos si así lo eligen por cuestiones políticas o medioambientales. El objetivo final es lograr una más rápida reducción de las emisiones contaminantes y del ruido en las ciudades, a la par que se mejora la imagen de empresas y organismos públicos.
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