Pero también suponen un serio riesgo añadido en caso de pérdida de control del vehículo y caída. El conjunto de bancos sólidamente fabricados en cemento, solo tienen cantos pulidos en la cara que linda con el tráfico, pero no en el resto de bordes. Aunque ese es el menor de los problemas cuando en una caída chocas contra un elemento inamovible con capacidad de absorción de impactos “0”.

En estas calles barcelonesas, los motoristas circulan a velocidades entre los 30 y los 40 km/h, y un mobiliario inapropiado puede suponer la diferencia entre la vida o la muerte en caso de accidente.

Diversos colectivos se están levantando para protestar por la situación: 

Desde la plataforma de Motoristas de Barcelona señalan en Twitter: “Según la DGT, en el 75 % de los accidentes de moto el culpable es un coche o el estado de la calzada. En Barcelona tenemos muchas calles con una calzada muy irregular y con nuevos elementos fijos que generan inseguridad vial”. Motoristas Barcelona nace para “reconducir la situación de más de 300.000 motoristas en la ciudad” y “ser el altavoz de los derechos y libertades del colectivo”.

En el mismo sentido se manifiesta el Club RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) que indica en redes sociales que “Cualquier elemento de protección de los peatones debe tener en cuenta otros usuarios como las motos. Los cantos y las aristas de los bloques actuales no son la mejor solución. Hemos informado de ello al Ayuntamiento de Barcelona. Nos consta que lo estudiarán”.