Tras tres años de investigación en la ciudad alemana de Ulm, los sensores situados en las farolas han demostrado su eficacia. Los socios del proyecto (Bosch, líder del consorcio; Mercedes-Benz; Nokia; Osram; TomTom; IT Designers; y las universidades de Duisburg-Essen y la propia Ulm), recibieron 5,5 millones de euros por parte del Ministerio Federal de Asuntos Económicos y Energía de Alemania.

Las farolas cuentan con toma eléctrica y se elevan varias decenas de metros sobre las calles y las carreteras. Una situación ideal para colocar cámaras, radares y sensores lidar que pueden advertir de situaciones potencialmente peligrosas.

La visión de 360 grados y las largas distancias, son una ventaja, que libre de obstáculos superan cualquier dispositivo similar situado a nivel del suelo. El nuevo hardware y software, combinado con los mapas de alta resolución y la transmisión inalámbrica al vehículo, permite unir información de conducción autónoma con la de la infraestructura.

La tranmisión de datos en tiempo real abre un nuevo escenario para la movilidad que promete ser mucho más segura y eficiente en un futuro cada vez más próximo.