Salidas de vía, vuelcos, choques por alcance, son 4 km de peligro constante. Las curvas de Tameiga y de los Molinos, concentran el 80% de los siniestros de la A-55, lo que es una triste estadística para una autovía que tiene velocidad limitada a 60 km/h en dichos puntos.
El principal acceso a Vigo es un verdadero riesgo para la Seguridad Vial, como se ve reflejado en un límite de velocidad que es el mínimo genérico para autovías y autopistas. El punto kilométrico 12 entre Vigo y O Porriño esta catalogado como un punto negro, según el último informe publicado por Automovilistas Europeos Asociados.
La A-55 parte de un diseño defectuoso en el que se tuvo en cuenta el ahorro de costes por encima de la seguridad vial, por lo que se aprovechó parte del sinuoso trazado de la carretera nacional a la que sustituye. Su iluminación es muy deficiente, especialmente en el tramo más peligroso. Solo se encuentra iluminación en la conexión con la A-52 en dirección Ourense.
El Gobierno hasta el momento solo ha restringido la velocidad y tratado de desviar el tráfico pesado mediante la bonificación a los camioneros que se decidan por la AP-9. Ahora, además, se ha comprometido a reformar las entradas y salidas de la autovía. Desde el Ministerio se sigue eludiendo la supresión total del tramo mediante un nuevo túnel que atravesaría Puxeiros. Una obra que costaría 120 millones de euros.
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