Los radares Velolaser pueden ser fijados directamente al guardarraíl mediante un accesorio magnético en una operación que dura apenas un minuto. A ello se une la facilidad de ser desplazados de un lugar a otro mediante las nuevas motocicletas de la Guardia Civil.
Los agentes interactúan con ellos mediante tabletas que se conectan a ellos a través de Wifi (50 m) o de redes móviles 3G/4G (ilimitado), por lo que no tienen que situarse especialmente cerca de los mismos, lo que los convierte en especialmente difíciles de detectar. Su batería les ofrece una autonomía de 5 horas.
El Velolaser puede captar velocidad máximas de 250 km/h en ambos sentidos de circulación, a una distancia entre los 15 y 50 metros, desde los 0 hasta los 50 grados centígrados ambientales.
Tras detectar una infracción toma imágenes del vehículo que almacena en su memoria SD, como si se tratara de una cámara convencional. La posibilidad de acoplar un visor infrarrojo, los convierten en el arma definitiva contra las infracciones por exceso de velocidad por la noche.
Aunque se sabe de su adquisición desde el pasado mes de febrero, no ha sido hasta ahora cuando se confirma las primeras pruebas operativas en Badajoz.
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