Solo los modelos de competición como la BMW HP4 Race y la Ducati 1299 Superleggera recurren a los chasis de carbono completos para aligerar sus pesos. Son la última frontera en un mundo de motocicletas deportivas en el que el carbono ha ido sustituyendo otros materiales en llantas, frenos, basculantes o carenados.

Un menor peso repercute directamente en la manejabilidad, especialmente en curvas, cuando la suspensión puede reaccionar de manera más rápida. Los diferentes componentes pueden fabricarse en menos de un minuto con una sola herramienta. Despues son reforzados con paneles CFP adicionales que se unen termoplásticamente con robots de soldadura.

El proceso de fabricación patentado por BMW utiliza diferentes tipos de composites en áreas de alto y bajo estrés: "Nuestra técnica de producción utiliza CFP en forma de fibras sin fin de alta resistencia donde esto es requerido por el patrón de tensión, mientras que un molde de inyección con fibras de reciclaje cortas de CFP se utiliza cuando los niveles de estrés no son tan altos. De esta forma, desarrollamos un diseño rentable que puede escalarse de acuerdo con los requisitos mediante la inserción de fibras sin fin con distintos niveles de resistencia en la misma herramienta. Fueron los puntos que impresionaron al jurado internacional. Los conocimientos que obtuvimos de este componente de la motocicleta son igualmente valiosos desde el punto de vista de su aplicación al mundo del automóvil".

No solo los chasis han mejorado el proceso de diseño y fabricación, el basculante de fibra de carbono de BMW para la HP4 Race acaba de obtener el Premio de Innovación JEC 2018 en la categoría de Ocio y Deportes. Otro bazo similar de menores dimensiones podría incorporarse en las pequeñas G310.

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