Si se suman los ciclomotores, el mercado se situará en unas 167.500 unidades anuales para 2018, lo que aún dista mucho de la velocidad de crucero natural del mercado español, que Gonzalez marca en 250.000 unidades.
Con tan escasa tasa de recambio el parque español tiene una media de 15 años de antigüedad por los 8 años en Italia. Parte de la culpa la tiene una fiscalidad desfasada que lastra las ventas de motos nuevas con más de un 40% de impuestos, muy por encima de la media europea.
Para recuperar las ventas hay que eliminar el impuesto de matriculación que ingresan las Comunidades Autónomas y cargar la diferencia sobre el impuesto de circulación de los Ayuntamientos. Algo que debe tomar en consideración el nivel de contaminación y tipo de uso. Para ello se podría aprovechar las nuevas etiquetas medioambientales de la DGT.
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