La patronal de fabricantes ACECA considera que son objetivos excesivamente ambiciosos a pesar que el recorte será finalmente inferior al 45% propuesto por el ala dura aunque superior al 30% de los más moderados. La patronal considera que en cualquier caso es un acercamiento demasiado rápido a la nueva movilidad eléctrica, lo que podría suponer fuertes recortes de empleo.

El recorte de emisiones deberá seguir su propia hoja de ruta con un primer descenso del 20% previsto para 2025 respecto a los niveles de 2021. Además de cumplir con una cuota de vehículos eléctricos del 20% (2025) al 30% (2030) o de bajas emisiones (inferiores a 50 gr CO2 por kilómetro).

El Parlamento también apuesta por la industria derivada de la movilidad eléctrica, concretamente por las fábricas de baterías, y apuesta por un etiquetado armonizado sobre consumo y emisiones que deberá entrar en vigor en 2019.

Finalmente, el PE ha aprobado la entrada en vigor de un ciclo estandarizado para medir las emisiones de CO2 en los vehículos comercializados a partir de 2025.

“El Parlamento Europeo es demasiado cauteloso pese a las pruebas abrumadoras. Aunque es bueno ver que el Parlamento reconoce la necesidad de ambición en materia de emisiones, los conservadores y otros grupos se oponen a los esfuerzos que necesitamos frenar el cambio climático”, declaró en un comunicado el eurodiputado de EQUO Florent Marcellesi.

Los fabricantes que superen los ratios acordados deberán pagar una multa a la Unión Europea (UE), que se destinará a formación para los trabajadores que pierdan su empleo a causa de la transición hacia la movilidad eléctrica.

Los diferentes Estados miembros deben fijar su posición respecto a las nuevas medidas en el Consejo de Ministros de Medioambiente de la UE que se celebrará el próximo 9 de octubre. Se espera que el debate sea intenso y que se consigan los 19 países necesarios para el consenso.

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