Un sistema eléctrico totalmente renovable en 2050 facilitaría la energía necesaria para una nueva economía basada en el equilibrio medioambiental. Así se recoge en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, y en la Estrategia de Bajas Emisiones que también prohíbe el fracking o los permisos de explotación de hidrocarburos a partir de 2040.
Pedro Sánchez propone un escenario más avanzado y progresista de lo que proponía el Gobierno anterior, mediante la creación de incentivos a las renovables y el transporte sostenible frente a los combustibles fósiles y la contaminación. Esto permitirá atajar el 26% de emisiones contaminantes derivadas del transporte por carretera. Unas emisiones que lejos de disminuir podrían incrementarse. De mantenerse mucho tiempo el actual escenario, la previsión muestra una subida de hasta el 15% en 2030.
Para cambiar el panorama hace falta implementar medidas urgentes como incrementar los puntos de recarga. Así el ejecutivo propone la instalación de puntos de recarga de forma obligatoria en las gasolineras en función de las ventas de vehículos eléctricos. En la actualidad existen 5.160 puntos de recarga frente a 11.000 gasolineras. Aunque los puntos de recarga no son equivalentes pues necesitan mucho más tiempo. De los puntos existentes, tan solo 160 son de recarga pública.
Diversos países de la Unión Europea han dado ya el paso para limitar la venta de vehículos con motor de combustión. Entre ellos se sitúa Reino Unido y Francia con idéntico objetivo de 2040, o Dinamarca, Irlanda y Holanda que apuestan por fechas más próximas 2030. No obstante, cada país aplicará la medida con diferencias sustanciales.
En España se propone prohibir la circulación en zonas de bajas emisiones dentro de las ciudades de más de 50.000 habitantes antes de 2023. Es decir, extender las medidas disuasorias adoptadas en ciudades como Madrid o Barcelona.
Fuente: El País