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Potencia desmedida, ¿o no?Imprimir
18 de Diciembre de 2018
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Potencia desmedida, ¿o no?

Lo cierto es que la potencia de las motos de serie no ha parado de incrementarse desde hace 40 años. Si en 1979 se consideraba extraordinariamente potente una moto con 120 CV ahora hay que subir hasta los 231 CV de la Kawasaki H2R para hablar del culmen tecnológico del momento.

Tras algunos periodos de relativa estanqueidad en la que las potencias subían de manera muy marginal, algo que ocurrió entre los años 1985 a 1997, y más recientemente entre los años 2008 al 2015, cada cierto tiempo se produce un nuevo salto tecnológico que lleva a importantes incrementos de la potencia.

Dichos saltos se deben más a un incremento de la eficiencia en la producción, que a un verdadero descubrimiento. Es lo que ocurre con la inclusión de las culatas multiválvulas y el incremento de potencia a altas revoluciones, un efecto beneficioso conocido desde hace mucho tiempo, pero que no llegó a implementarse de manera masiva en las motos de serie hasta los años 90.

Lo motores de cuatro cilindros se hicieron comunes gracias a la masificación de la refrigeración líquida. La inyección electrónica, las culatas multiválvulas, el software de gestión de la inyección ride-by-wire con múltiples mapas de motor, o la inclusión de la sobrealimentación, son algunos de los hitos a destacar en esta carrera por ofrecer las máximas prestaciones.

Algunas tecnologías se han retrasado por problemas técnicos y de usabilidad. Por ejemplo, el turbo fue introducido en diversas épocas con escaso éxito. Algunos modelos incluían el turbo en los años ochenta, pero su comportamiento eran tan explosivo y poco predecible, que los usuarios acabando optando por no repetir la experiencia.

Otras han quedado en la cuneta y solo se aplican a motos de segmentos muy particulares. El ejemplo más claro lo tenemos en las mecánicas de más de cuatro cilindros, un incremento de peso y tamaño que solo se justifica en las Gran Turismo. Modelos en los que prima el confort y la ausencia de vibraciones. O en los motores de 2 tiempos que solo se utilizan en las motos de trail por su bajo peso y simplicidad mecánica.

Así las cosas, en 1985 se consideraba un disparate una moto de 145 CV como la Yamaha V-Max 1200, cuando hoy en día es una potencia bastante común en la mayor parte de las gamas de motos.

¿Cuál será el próximo salto tecnológico? En la carrera por ofrecer potencias cada vez mayores se colará tarde o temprano los motores eléctricos. Mucho más simples y compactos, son capaces de ofrecer potencias descomunales en muy poco espacio. El problema de estos motores es que necesitan de un “depósito de combustible” grande y pesado que anula gran parte de sus ventajas. Con la llegada de los motores eléctricos superar la barrera de los 300 CV será cosa fácil, el tema es...¿cuándo?

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