La ilegalidad estriba en que tras los guardarraíles debe quedar al menos una anchura de trabajo de 1,3 metros, lo que no se está cumpliendo con estos radares fijados directamente al sistema de contención.
Los radares veloláser sobre guardarraíles incumplen el Reglamento General de Circulación, y no cumplen el artículo 9 de la Constitución. Así nos encontramos ante el sinsentido de una DGT que incumple la normativa específica sobre los dispositivos de radar.
Unos dispositivos que han creado más de una polémica en los últimos meses. A pesar del anuncio de la DGT de equipar con más de 60 radares las motos de la Guardia Civil de Tráfico, no se ha constatado hasta el momento que estén realizando multas, lo que cuestiona su funcionamiento.
De las 85.000 sanciones que han pasado por las manos de Pyramid Consulting, ninguna se realizó con veloláser. Unos aparatos que no funcionan correctamente con lluvia o con temperatura superior a los 30 grados centígrados a pesar de que en sus especificaciones técnicas menciona 50 grados centígrados.
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