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3 de Abril de 2019
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La caja negra de los vehículos será un factor determinante

Reducir la accidentalidad y progresar hacia la conducción autónoma, esos son los objetivos de la Comisión Europea tras el acuerdo alcanzado para la revisión del Reglamento General de Seguridad.

A partir de 2022 los vehículos nuevos tendrán innovadores dispositivos de seguridad como las cajas negras, que permitirán estudiar con todo detalle las causas de los siniestros, esto afectará a todo, desde los seguros a la legislación y la aplicación de la ley en caso de siniestro.

La caja negra ayudará a las empresas de automoción a desarrollar los vehículos autónomos obteniendo datos precisos de cada accidente, pero todavía no ha sido aclarado qué tipo de información se registrará o el nivel de privacidad y protección de datos de las cajas negras. La información contenida en estos dispositivos también podrían ser utilizada por la policía, por la justicia, por las empresas propietarias de los vehículos para comprobar el correcto uso de los mismos... de ahí que sea necesario saber con detalle como funcionará dichos elementos. Una información que de momento no ha sido facilitada por la Comisión Europea.

Lo cierto es que el registro de datos previos al accidente será algo común a partir del 2022, lo que ofrecerá información precisa de parámetros como velocidad, aceleración, tiempo de respuesta del conductor, situación del vehículo en la carretera, etc.

La aplicación de nuevas tecnologías a la automoción pueden ayudar a reducir el número de muertos y heridos, ya que el 90 % de los accidentes de tráfico se deben al factor humano. Cada año 25.000 personas pierden la vida en las carreteras.

En mayo de 2018 se ha aprobado toda una batería de sistemas a implementar de serie en los nuevos vehículos. Medidores de la somnolencia, del nivel de alcohol, avisadores de ángulo muerto o de cambio involuntario de carril, son solo alguno de los elementos que nos parecerán comunes muy pronto.

La implantación de estos sistemas deberá favorecer la innovación y el desarrollo de los vehículos autónomos y su interacción con los usuarios más vulnerables de la carretera como los peatones, ciclistas y motoristas.

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