Si ayer veíamos los problemas por las inundaciones en la fábrica de MV Agusta, hoy el foco de atención se traslada a Benelli. Una compañía con sede en Pésaro (Italia) que se enfrenta ahora a un plan de reducción de plantilla.

Sesenta empleados de Benelli han salido a la calle para manifestarse y llamar la atención por la crisis del sector. Tras la compra en 2005 de la histórica marca Benelli (fundada en 1911) por parte del grupo chino Quinjaing, se ha comprobado una importante expansión de la gama de modelos y un renacer de la marca.

Sin embargo, la intención del grupo Quinjaing ha sido siempre la de vender sus productos en Europa y Estados Unidos bajo una marca históricamente reconocida. La nueva Benellli QJ debía de servir de trampolín para dar salida a los más de 1,2 millones de vehículos de dos ruedas que cada año fabrica Quinjaing en China.

Esto ha supuesto que la pata italiana del grupo se haya ido reduciendo cada vez más y más, hasta quedar en la práctica como una mera importadora de scooter chinos. Eso es lo que denuncian los trabajadores italianos que ven como una vez más Benelli vuelve a encontrarse ante la encrucijada.

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