La idea proviene de los estudiantes de la UC Berkele (Anthony Barrs y Baiyu Chen), y logró el primer puesto en el concurso `Infraestructure Vision 2050 Challenge´ de los Estados Unidos. Un concurso que busca que los estudiantes de todo el país se involucren en hallar soluciones a los desafíos de la movilidad del futuro.

El proyecto ha ganado un premio de 50.000 dólares, que según sus responsables servirán para crear alianzas con compañías como Uber o Lyft, con el fin de hacer realidad la idea original.

Según los cálculos realizados por el propio Gobierno de California, construir una milla de carril de alta velocidad para vehículos autónomos costaría 12 millones de dólares, un importe sensiblemente inferior a las alternativas, como el tren de alta velocidad (139 millones por milla).

Además, presenta la ventaja de que puede ser utilizado simultáneamente por los vehículos particulares y el transporte público (autobuses y taxis autónomos). En las bautizadas como Hyperlane los vehículos podrían alcanzar velocidades de crucero de 193 km/h (120 mph) manteniendo una distancia reducida entre ellos debido a la comunicación entre vehículos y con la vía mediante conexiones 5G.

Dado el estado actual de los vehículos autónomos, y el avance de la interconexión vehículo a vehículo, o de la propia implantación de la tecnología 5 G, aún restan dos o tres décadas antes de que veamos en funcionamiento una vía similar.

Aunque esto no debe desalentar su implantación pues este concepto supondría una solución para las actuales autopistas de peaje españolas. Unas vías próximas a la grandes urbes, que duplican trazados ya existentes y que podrían servir para implementar carriles de alta velocidad por un bajo coste (la vía ya está creada solo falta desarrollar la tecnología de comunicación).

Claro que, como sabemos los motoristas, existen métodos alternativos y más rápidos de implementar para reducir los atascos en las ciudades… ¡incentivar el uso de la moto!

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