-¿Qué supondrá este encuentro con los integrantes de la Asociación Motociclista Zamorana?

-Voy a explicarles desde mi visión cómo está la seguridad vial para motociclistas en España, ya que es una asociación que muestra interés y apoyo a esta iniciativa que es tan importante para todos los usuarios de la carretera, pero más aún para los motoristas. Les pondré al corriente de cómo van las cosas dentro del territorio nacional y también en comparación con las iniciativas de otros países y les explicaré en qué se debe incidir para dar ejemplo y ayudar a las autoridades a que disminuya la accidentalidad. Todo este tipo de aportaciones que a las personas que están interesadas les ayudan, porque luego saben por dónde actuar.

-¿Así que el apodo de «el profe» sigue teniendo vigencia a pesar de los años?

-Es un apodo que no me pesa para nada, porque, para empezar, no es peyorativo. Siempre he tenido una cierta facilidad para comunicarme con las personas que me rodeaban. El apodo surgió en la época de mi vinculación más técnica en casas como Guzzi y Honda. Como siempre estaba dando cursos de diferentes tipos, en alguno de ellos surgió el apelativo.

-Y pasó de la vertiente mecánica a la de la seguridad vial, tras el accidente que sufrió en 1993. ¿Cómo llevó el convertirse en adalid de esta causa?

-Fue el destino el que me puso en esa posición. Después, como mi trayectoria era más o menos pacífica y siempre aglutinante y positiva tuve mucho apoyo por parte de los estamentos públicos y de la administraciones. Como tenía cierta facilidad al haberme movido mucho por el extranjero, ahora me he convertido en portavoz español de esta iniciativa a nivel internacional.

-¿Qué supuso para usted el premio que recibió de manos de la Federación Internacional de Motociclismo en Estoril por su lucha por la seguridad vial el pasado año?

-Es un poco el reconocimiento del mundo motociclista a esta iniciativa. En España hace tan solo 15 años íbamos a remolque de todo lo que se hacía fuera, pero en estos momentos, en seguridad vial, sobre todo en infraestructuras para motoristas, ocupamos claramente el primer puesto mundial en implementación y tecnología, debido a esta inquietud que ha mostrado el grupo de motociclista en estos años.

-Así que el trabajo de tantos años ha dado sus frutos.

-Por supuesto. De hecho, las iniciativas de seguridad que se llaman sistemas de protección de motoristas, esas bandas que se ven sobre todo en las carreteras estatales, en las salidas y entradas de las autovías, son un diseño español que se está ya instalando prácticamente como recomendación en toda Europa y en los próximos meses se considerará norma europea seguramente.

-¿Se trabaja en una alternativa a los guardarraíles?

-Todavía no ha surgido nada que sea mejor que los guardarraíles, pero lo que se hace es dotarlos de elasticidad para evitar que los motoristas no pasen por debajo y se lastimen contra los verticales, por ejemplo. Esto es lo que la iniciativa española ha desarrollado prácticamente en solitario.

-Aparte de los guardarraíles, ¿qué otros aspectos en seguridad preocupan a los motoristas?

-Hay dos iniciativas que se están llevando a cabo desde hace tiempo. Una es la concienciación y preparación de los motoristas, tanto gente joven como futuros motoristas en la enseñanza en general, con cursos en los colegios y circuitos de perfeccionamiento y conducción segura. En otros países nos llevan ventaja en este sentido, sobre todo en el norte de Europa. Otro aspecto es que las carreteras que concentran el mayor número de accidentes son las de la red secundaria, que por otra parte es la que menos atención de mantenimiento tiene en los últimos años, aunque la DGT está buscando un control nuevo de velocidad máxima allí.

-¿Se percibe también mayor seguridad en los circuitos?

-Sin duda. De hecho, en la época en la que yo estaba en activo y participaba había muchos circuitos urbanos a lo largo de la geografía española que ahora no se permiten, excepto alguna competición clásica. En estos momentos España es el país del mundo que más circuitos de velocidad tiene, más que Estados Unidos o Alemania.

-¿La imagen del motociclista también ha cambiado?

-La edad media de los motoristas en los últimos años ha subido porque ya hay más historia motociclista en el país y también es verdad que cuando nos reunimos somos un grupo serio que sabemos lo que queremos y lo que pedimos. Se nos escucha con respeto y atención. El propio motorista es quien reprende a los compañeros cuando cometen alguna barbaridad.

-¿Teme que la actual crisis puede suponer una reducción del presupuesto en materia de seguridad?

-Se ha detenido prácticamente la inversión desde hace año y medio, no existen gastos en seguridad vial para motoristas. Estamos muy preocupados, pero creemos que eso será una coyuntura temporal y que tan pronto mejoremos económicamente volverá a aumentar la inversión.

Madrid, 1950

Tras cursar estudios de técnico industrial en su Madrid natal, Andrés Pérez Rubio fue responsable de postventa en diferentes marcas hasta que abrió su propio negocio en 1982. Campeón de España de motociclismo en la categoría de 500 c. c. en los años 1982 y 1985, el accidente de moto que tuvo en 1993, donde sufrió la amputación de ambas manos por un guardarraíl, le puso «en otras historias», como él mismo relata. Empezó ahí su carrera a favor de mejorar la seguridad vial en las carreteras para los motoristas, misión que en estos momentos desarrolla desde la Real Federación Motociclista, donde es delegado nacional e internacional de Seguridad Vial.

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