La aparición de motocicletas en distintos puntos es objeto de debate también en redes sociales virtuales. Sin embargo, las quejas que llegan al Ayuntamiento sobre este tema son mínimas.

Eibar cuenta con un total de 1.382 motocicletas y ciclomotores, prácticamente una por cada veinte vecinos. A pesar de que el número de motos ha ido creciendo en los últimos años, los bajos ratios que se observan en Eibar no han originado problemas hasta ahora e incluso la ordenanza municipal que regula el aparcamiento de vehículos de dos ruedas en la ciudad propicia su estacionamiento fuera de las zonas de aparcamiento general.

La legislación local contempla que estos vehículos se puedan aparcar sobre las aceras, siempre y cuando las mismas tengan una anchura suficiente para permitir el paso normal de los peatones. También se señala la obligatoriedad de no interrumpir el paso hacia portales y locales ni se obstaculicen entradas o escaparates comerciales.

Una queja planteada recientemente en una conocida red social señalaba el parque situado frente al Ambulatorio como un punto de acumulación de motos estacionadas. El entorno que acoge desde hace veinte días la escultura 'Txopitea eta Pakea', de Oteiza, se encuentra a menudo salpicado de motocicletas que aparcan junto a la barandilla, en mitad de la plazoleta o también junto al propio monumento.

Las quejas referidas a este punto son las únicas que han llegado a oídos de la Policía Municipal, según confirmaban ayer a este medio. Ante situaciones similares, en ocasiones anteriores se ha optado por destinar una parcela al aparcamiento específico de motocicletas con el fin de que estos vehículos se coloquen de forma ordenada.

Varios estacionamientos

A lo largo de la ciudad son varios los puntos que cuentan con estas zonas. El cruce de las calles Bidebarrieta y Julián Etxeberria es uno muy utilizado, a diferencia del solar de Errebal donde la zona destinada a motos apenas se usa. También hay reservas para el aparcamiento de motos en zonas como los bajos del edificio Leonardo Azpiri en Urkizu, la calle Tiburcio Anitua, el polideportivo o la entrada de Armeria Eskola. «Se trata de que estén aparcadas ordenadamente y no ocupen aparcamientos que pueden utilizar los coches», señala el sub-jefe de la Policía Municipal, Jon Crucelaegui. Anteriormente, también la plaza de Unzaga contó con una zona de aparcamiento de motocicletas, punto que quedó anulado en unas reformas del pavimento.

La conveniencia de contar con puntos específicos para el estacionamiento de motos viene dada también por las necesidades de distintos grupos de peatones. Así, motocicletas aparcadas en laterales de aceras anchas pueden suponer un problema para las personas ciegas. Lo mismo ocurre con peatones con movilidad reducida en cuyo caso, el acceso a una barandilla puede resultar más importante que para el resto.

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