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¿Quién le pone el cascabel a las motos?
  25 de Octubre de 2013
  ¿Quién le pone el cascabel a las motos?

La regulación del estacionamiento de motos en zona OTA es un asunto al que políticamente nadie quiere ponerle el cascabel al gato. Obligar a disponer de viñeta OTA para aparcar en zonas de estacionamiento regulado es una tentación que ningún grupo político quiere probar por exponerse a la pérdida de votos.

Pero entre bambalinas, en los despachos del consistorio, se advierte de que es una opción que está ahí. «Una viñeta OTA para motos permitiría ordenar las zonas de aparcamiento e inyectaría dinero a las arcas municipales», advierte un funcionario del consistorio. ¿Por qué las motocicletas pueden estacionar en zona azul sin abonar nada a diferencia de los vehículos? ¿Pagan viñeta en otras ciudades?

La reflexión llega en un momento en el que debido a la escasez del número de plazas de aparcamiento exclusivo para motocicletas en las calles de la ciudad -3.900 plazas para 26.000 motos-, éstas terminan aparcando en las zonas OTA, con el consiguiente trastorno para los conductores de coches. La ecuación es sencilla: a mayor número de motocicletas estacionadas en zona azul, menos sitio para aparcar hay para los coches. No es nada raro ver calles de Gros, Amara, Centro y Antiguo copadas por motocicletas, y por ende, vecinos de estos barrios de los nervios porque no dan con un sitio libre para aparcar. El efecto contagio es inmediato. Una moto llama a otra moto y hay puntos fijos en los que los vehículos de dos ruedas suelen contarse por decenas. El tamaño cada vez mayor de las motocicletas hace que donde antes aparcaban dos ahora se limite a una. No es raro que algunas acaben derribadas en la calzada por una mala maniobra de un conductor de coche. Otra posibilidad que se plantea es habilitar zonas acotadas para motos dentro de la mancha azul de la OTA. El abanico es amplio.

Los motoristas no están infringiendo la ley por estacionar en zona azul. La Ordenanza del Servicio Municipal de Estacionamiento Regulado lo permite. Motos y ciclomotores de dos ruedas pueden estacionar libremente en zona de aparcamiento regulado excepto en las reservas (residentes, carga y descarga, discapacitados, coexistencia...) y en las calles de la OTA comercial (señalizadas con el número 15 en la calzada).

La pregunta que queda en el aire es por qué los motoristas no abonan nada por poder aparcar en estas plazas OTA cuando los conductores de coches sí lo hacen al costear la viñeta correspondiente o bien al sacar el ticket de las máquinas expendedoras. El debate se produce en el momento en el que los grupos municipales abordan las tasas e impuestos que los donostiarras deberemos pagar a partir del 1 de enero. Los motoristas quedan, por el momento, fuera de este debate. Y no parece que se vaya a atajar en esta legislatura porque ninguno de los grupos políticos está por la labor.

Hoy los motoristas pagan el correspondiente impuesto de circulación en función de la cilindrada de su motocicleta. La horquilla va desde los 9,24 euros que abonan quienes tienen una motocicleta de hasta 125 centímetros cúbicos, a los 154 euros que pagan los de cilindradas superiores a los 1.000 centímetros cúbicos. Las motos deben pasar también la inspección técnica de vehículos, sin embargo, sólo el 25% acude a cualquiera de las estaciones, según TÜV Rheinland, la empresa que tiene la concesión del Gobierno Vasco para este servicio.

Los conductores de vehículos abonan también su correspondiente impuesto de circulación -la cuota varía desde 42,30 euros a 337,87 al año, según potencia de los caballos fiscales- y la viñeta siempre que se resida en un barrio con OTA. Intxaurrondo, Bidebieta y Altza son los únicos barrios populosos a los que no ha llegado la OTA. El coste que conlleva mantener un coche a diferencia de la moto, el precio cada vez más alto de la gasolina y las dificultades cada vez mayores para moverse en coche por el centro de nuestra ciudad hace el número de personas que se mueven en dos ruedas crezca cada día.

Más de 26.000 motos 

No llegamos a los números de Barcelona, la segunda ciudad por detrás de Roma con más motos por habitante de toda Europa, con 173 por cada 1.000, pero Donostia sigue ganando adeptos. Estamos en una media de 140 motos por cada 1.000 habitantes. Ni el impacto de la crisis ha conseguido frenar el desarrollo de un medio de transporte más económico que el coche. Lo confirman los datos del impuesto de circulación que maneja el consistorio y que cada vez hay más problemas para dar con un hueco si se trata de aparcar en las zonas más concurridas. Uno de cada siete donostiarras tiene moto. Hay registradas 26.067 (18.385 motos y 7.682 ciclomotores) para una población de 188.000 habitantes y el índice es muy alto si se tiene en cuenta que la climatología, en principio, no es de las consideradas propicias debido a la lluvia.

Predominan los ciclomotores sobre las grandes cilindradas. Los más jóvenes han aprendido a trasladarse sobre dos ruedas a academias, playas o polideportivos sin pensárselo dos veces. De las 26.067 registradas, 17.739 corresponden a las categorías de 50 y 125 centímetros cúbicos. El crecimiento del número de motos viene de lejos. El boom se produjo, entre otras causas, por el cambio de normativa que permitió a los conductores con carné B (de coche) y tres años de experiencia al volante, conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos sin necesidad de una nueva licencia.

El mayor crecimiento en los últimos años, sin embargo, se ha producido en la franja 125-250 cc en la que se han superado las 3.600 unidades circulando por las calles de nuestra ciudad. Las clases medias y los profesionales han consolidado esta franja lo que ha hecho que aumente también el número de voces que reclaman más parkings de motos en las calles. Se ha buscado habilitar reservados en el Centro, cerca de las playas, en la Parte Vieja... pero siguen faltando plazas por más que el gobierno municipal está habilitando zonas para motos, sobre todo cerca de los pasos de cebra, para mejorar la visibilidad de peatones y conductores. Hoy hay 3.968 plazas de aparcamiento para motos, de las que doscientas se han generado en el último año.

El edil de Movilidad, Jon Albizu, reconoce que la moto no es el eje principal de la política de movilidad. «El gobierno apuesta por el transporte público, la bicicleta y el peatón. No quita para que se tenga en cuenta a las motos, con nuevas plazas de aparcamiento y la eliminación en su día de los sistemas de protección de cemento de los carriles bus para garantizar la seguridad del ciudadano. ¿OTA para motos? Es un asunto delicado en el que hay mucho de que hablar. En esta legislatura no lo veo», asegura.

El edil del PSE, Denis Itxaso, cree que «no es el momento» de plantear la posibilidad de que las motos paguen por aparcar en zona OTA. «No hay un problema de convivencia alarmante. Plantearlo podría ser contraproducente». El que es uno de los ediles del PSE que ha participado en el grupo de trabajo que ha dado forma a la nueva ordenanza de la OTA considera que lo que debería promover el gobierno local son los aparcamientos mixtos, o lo que lo mismo, un aparcamiento que pueda ser para motos en verano y en invierno, para coches. Itxaso recuerda que su grupo planteó esta opción en la calle Zubieta, pero fue rechazada por la mayoría de la corporación.

El PP también descarta la posibilidad de impulsar una viñeta para motos. Su portavoz, Ramón Gómez, subraya que su grupo tiene «especial sensibilidad» con los motoristas en una ciudad en la que la moto es un «vehículo prioritario». Gómez enumera hasta diez iniciativas de su partido en los dos años de legislatura con la moto como protagonista. «No solo reclamamos más zonas de aparcamiento. Pedimos mejoras en el asfaltado, el pintado anti-deslizante de los pasos de peatones, la posibilidad de habilitar parrillas de salida en los semáforos o la iniciativa para que se tenga en cuenta a las motos en los aparcamientos subterráneos gestionados por el Ayuntamiento. Es necesario que estas medidas se recojan en un Plan de Motos».

Tampoco Martin Ibabe ve la opción de impulsar una viñeta para motos. «Mucho menos ahora que acabamos de aprobar la nueva ordenanza de la OTA después de meses de trabajo», apunta. El edil del PNV advierte de que en estos meses «nunca» se ha puesto encima de la mesa la posibilidad de cobrar a las motos. «Los técnicos de Movilidad no lo han valorado así que no lo contemplamos», dice. «Ahora bien -puntualiza- no hay que obviar que existen quejas de vecinos y peticiones de motoristas para habilitar nuevos aparcamientos para motos. Por eso el gobierno municipal, que es al que le corresponde tomar estas decisiones, debe estar al tanto y actuar si fuera necesario».