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El mal tiempo se ceba con las infraestructuras
  12 de Febrero de 2014
  El mal tiempo se ceba con las infraestructuras

Los sucesivos temporales de viento y lluvia que barren la geografía española están dejando profundas cicatrices en nuestra red vial. Cicatrices más dolorosas, aún si tenemos en cuenta la falta de fondos para hacer frente al simple mantenimiento rutinario de la infraestructura.

En varias localidades del Norte, las continuas lluvias están provocando derrumbamientos que han hecho desaparecer parte de la calzada en algunos tramos de vía (por ejemplo, en San Sebastián) o que han dado lugar al corte de algunas vías por la caída de rocas de diferente tamaño y que, en algún caso –como el de la foto que les mostramos, sucedido en Málaga–, han obligado al uso de maquinaria pesada para poder retirar la roca y volver a abrir la vía al tránsito.

En otros lugares, los fuertes vientos de los últimos días –que en algunos puntos han soplado a más de 100 km/h– han derribado desde árboles a señalización o, como en el barrio madrileño de Vallecas, un obelisco de varias toneladas de peso y que mantuvo cortada la vía con retenciones hasta que pudo ser retirada. También la señalización fija de carreteras y autovías ha sufrido el embate del viento, como puede apreciarse en la foto que les mostramos, en Murcia.

El viento también provocó ayer un grave accidente en la autovía A-7 cerca de Puerto Lumbreras (Murcia). Al parecer, el fuerte viento reinante llegó a levantar una intensa nube de polvo que redujo notablemente la visibilidad, a consecuencia de lo cual se produjo un choque en cadena, con alcances por detrás, con varios vehículos pesados involucrados, y cuyo balance es de 1 persona muerta –atropellada tras descender de su vehículo– y 13 heridos.

Además, la nieve y la lluvia están complicando la conducción en diferentes tramos de carretera, por lo que conviene incrementar la precaución, utilizar cadenas (o neumáticos de invierno) cuando así se recomiende, y siempre que los agentes de tráfico lo indiquen, y adaptar la conducción a las condiciones climatológicas reinantes.


Fuente: DGT