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Treinta soluciones para reducir los accidentes por salida de vía y sus consecuencias
  26 de Abril de 2011
  Treinta soluciones para reducir los accidentes por salida de vía y sus consecuencias

La DGT y la Asociación Española de la Carretera presentaron un estudio para mejorar los márgenes de las vías convencionales

Los accidentes por salida de calzada representan anualmente el 40% del total de siniestros con víctimas que se produce en nuestras vías. El mismo porcentaje se alcanza en lo que a fallecidos se refiere: de cada 10 muertes en carretera, cuatro corresponden a este tipo de accidentes. En términos absolutos, y en el año 2009, fallecieron por esta causa 824 personas y 3.356 resultaron heridas de diferente consideración.

Con el fin de aportar soluciones efectivas para reducir las salidas de vía y paliar sus consecuencias, la Dirección General de Tráfico y la Asociación Española de la Carretera, con la colaboración de los ingenieros Sandro Rocci y Ricardo Chicharro, han elaborado el Manual de buenas prácticas para el diseño de márgenes de carreteras convencionales interurbanas.

El estudio se centra en las carreteras convencionales, es decir, de un único carril por sentido, y en él se detalla un catálogo de 30 medidas para evitar la salida de la calzada de los vehículos o, en caso de que esto no sea posible, minimizar las consecuencias del accidente.

Existe una serie de aspectos que influye en los accidentes por salida de vía y cuya combinación determina la elección de las medidas adoptadas. Estos factores son: el índice de peligrosidad, la funcionalidad de la carretera estudiada, la composición del tráfico (porcentaje de camiones, coches, motocicletas), la consistencia en el diseño y los condicionantes orográficos y climatológicos. A partir de estos factores, y como metodología novedosa en este Manual, se han establecido unos escenarios básicos que servirán para adoptar las soluciones más apropiadas.

Para evitar estos siniestros por salida de la calzada, el estudio propone hasta 12 medidas, entre ellas, la instalación de paneles direccionales y elementos reductores de velocidad; la utilización de pavimentos antideslizantes y drenantes; la mejora de la geometría en curvas; y todo lo relacionado con una mayor visibilidad de la carretera: captafaros, hitos de arista y marcas viales con resaltos, las cuales, además de mantener sus propiedades en condiciones meteorológicas adversas, advierten al conductor de que el vehículo se está saliendo de la calzada gracias al ruido y a la vibración que provocan en los neumáticos.

En los casos en que el conductor pierde el control de su vehículo y abandona la plataforma de circulación, el reto sería minimizar las consecuencias del accidente eliminando las posibilidades de choque o vuelco.

En este sentido, cabe destacar que el 51% de los accidentes por salida de vía tiene como consecuencia el choque contra algún elemento situado en los márgenes, siendo los árboles los obstáculos más peligrosos y que más mortalidad provocan. Según datos de estudios internacionales, el 43% de los fallecidos por choque contra un obstáculo, colisionaron contra un árbol. Para minimizar estos peligros, se propone media docena de soluciones. Entre ellas, establecer una zona de seguridad en la que el conductor pueda recuperar el control del vehículo o detenerlo sin encontrarse obstáculos peligrosos. También cabe actuar en otros frentes como el rediseño de desagües y drenajes, protección de cunetas y tratamiento de desmontes (instalación de barreras de protección o mallado para evitar desprendimientos).

Finalmente, y en el caso de que las actuaciones anteriores no pudieran realizarse, el Manual recomienda otras 12 medidas que pueden paliar la gravedad del siniestro y que van desde la instalación de barreras metálicas de seguridad y pretiles en los puentes a la construcción de lechos de frenado, protección de los extremos de los elementos de contención, colocación de atenuadores de impacto, o utilización de estructuras fusibles, es decir, soportes de luminarias o de postes de señalización, luz o teléfono que se rompen de manera controlada evitando accidentes de gravedad.

Además, la investigación tiene en cuenta a los usuarios vulnerables de las carreteras -peatones, ciclistas y motociclistas-, los cuales juegan un papel relevante en las cifras de siniestralidad. Diversas estadísticas internacionales revelan que sólo peatones y ciclistas suponen el 8% del total de víctimas mortales. El diseño adecuado de los márgenes debería permitirles que se desplazaran a lo largo de la
carretera en buenas condiciones de seguridad.


Coste y beneficio

La limitación presupuestaria y el elevado precio de algunas soluciones hacen necesaria la aplicación de un procedimiento sistemático que ayude a priorizar las actuaciones en función de su rentabilidad. Para ello, el Manual de buenas prácticas para el diseño de márgenes de carreteras convencionales interurbanas establece una metodología para determinar cuál será la relación coste-beneficio de cada una de las medidas recomendadas.

En este sentido, y según datos de la Administración Federal de Carreteras de Estados Unidos, la iluminación, la relocalización de postes útiles pero mal situados, la modernización de barreras en las medianas, o la eliminación de obstáculos en los márgenes están consideradas entre las soluciones más rentables.