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Patentes: Rodamientos revolucionarios
  26 de Mayo de 2015
  Patentes: Rodamientos revolucionarios

Pocos inventos son tan simples como este y tan fundamentales para todas las máquinas con piezas móviles. Los rodamientos o cojinetes es uno de los inventos menos famosos de Leonardo Da Vinci y uno de los más ampliamente utilizados en todo el mundo. Con la patente de Coo Space su eficiencia se multiplica.

Leonardo Da Vici ideó el primer cojinete para su fallido helicóptero, hoy en día los rodamientos de bolas están presentes en casi cualquier máquina que tenga piezas móviles girando sobre un eje: ruedas de motos, coches, camiones, bicicletas…

El diseño básico es simple y apenas ha sufrido variación en las últimas décadas. Con el fin de reducir la fricción entre dos piezas en rotación, el cojinete cuenta con anillo interior y otro exterior separada por bolas. Las bolas permite el giro entre ambos anillos a la par que reducen los puntos de contacto a la mínima expresión.

El rodamiento de bolas solo puede funcionar si las bolas se mantienen separadas y uniformemente espaciadas. Si se tocan entre ellas aumenta enormemente la fricción pues están girando continuamente y si la distancia no es homogénea se suelen producir problemas de carga, pues el peso no se repartirá uniformemente y se soportará mejor por un lado del cojinete que por el otro, lo que redunda en una menor vida útil del mismo.

Para evitar estos problemas los rodamientos utilizan jaulas (ver rodamiento izquierdo en imagen inferior) que mantiene a los cojinetes con la separación adecuada. Pero estas jaulas añaden peso, rozamiento y pérdidas de energía, por lo que se necesita un lubricante para contrarrestarlo. El lubricante, a menudo una grasa gruesa, suele fallar con el tiempo y la suciedad acumulada acaba averiando el cojinete.

Aquí es donde entra la genial patente Autonomos Descentraliced Bearing (ADB) de la empresa japonesa Coo Space. Se trata de unos rodamientos que mantienen el espacio entre las bolas sin necesidad de utilizar jaula y lubricantes. Esto no solo redunda en su escasez de mantenimiento o una mayor longevidad, sino que además asegura unas pérdidas por fricción muy reducidas.

Su funcionamiento es muy simple: para mantener a las bolas siempre a la misma distancia utilizan unas pequeñas muescas u hondonadas dentro de los anillos que inducen a cada bola a permanecer en dicha posición. Esto ocurre especialmente cuando el cojinete se encuentra girando, pues las bolas se ralentizan al pasar por dichas hondonadas y se aceleran en el resto del anillo sin muescas. El resultado se puede comprobar a simple vista en el siguiente vídeo.

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