Mientras que la Unión Europea introduce la nueva norma que facilitará la aplicación de los alcolock en todos los países miembros de la UE. Un innovador sistema llegado desde Estados Unidos podría facilitar su implantación comercial.
El sistema se basa en una doble medición de los niveles de alcohol en sangre del conductor. El primero va instalado en el volante y mide la presencia de alcohol en el aire expirado por el conductor, mientras que el segundo va situado en la palanca de cambios o en el botón de arranque del motor y mide la presencia de alcohol en sangre.
En realidad, ambos sistemas utilizan un mismo principio, la espectroscopia infrarroja y la diferente absorción de determinadas longitudes de onda de la luz por las moléculas de alcohol.
El sistema denominado Driver Alcohol Detection System for Safety (DADSS), permite medir la cantidad de alcohol en sangre del conductor en menos de un segundo. Una tecnología puntera según los expertos, que en función de los límites legales de cada país bloquearía el funcionamiento del vehículo o no.
El alcoholímetro principal va situado en el volante y en la puerta del conductor, su función es detectar la presencia de alcohol en el aliento del conductor mediante un haz de luz infrarroja. El espectroscopio es capaz de distinguir entre las moléculas de dióxido de carbón y las del etanol, en función de la frecuencia de la luz absorbida por dichas moléculas.
Por seguridad, un segundo medidor va situado en el botón de encendido (o en la palanca de cambios) e igualmente utiliza un haz de luz que se proyecta sobre la piel de nuestro dedo para medir las frecuencias lumínicas que absorbe nuestra sangre.
En definitiva se trata de un sistema poco aparatoso, muy seguro, rápido y eficaz, aunque queda por ver su coste y cuándo estará disponible comercialmente. Algunas fuentes hablan de hasta ocho años de espera, antes de poder ver un DADSS instalado en nuestro automóvil.