De momento no se han facilitado los tramos en los que se instalarán dichos radares, aunque cabe esperar que sea en los puntos negros, lo más probable es que se sitúen en tramos especialmente proclives al exceso de velocidad, o simplemente, que posean un intenso tráfico.
Hay que tener en cuenta que estos dispositivos leen las matrículas, por lo que también pueden ser utilizados para contrastar los datos con los que posee Tráfico y determinar qué vehículos circulan sin el seguro obligatorio o sin haber superado la ITV.
Además, los nuevos dispositivos son capaces de detectar otro tipo de infracciones como los adelantamientos en raya continua, por lo que suponen un aliciente añadido para el “Gran Hermano” que instalará la DGT en nuestras carreteras en los próximos años.
Los 20 radares de tramo no son nuevos, se trata de dispositivos que anteriormente estaban situados en vías rápidas y que ahora pasan a las más peligrosas vías secundarias, siguiendo la nueva estrategia de la DGT de una mayor vigilancia para este tipo de carreteras.
Señales inteligentes
Junto con los radares de tramo, la DGT también planea instalar en la misma fecha las señales inteligentes en otros 20 cruces identificados por Tráfico como `peligrosos´. Se trata de la instalación de detectores en el pavimento que comunican al sistema la presencia de un vehículo aproximándose a la intersección, e informa al mismo tiempo al conductor de otro vehículo que igualmente se aproxima a la intersección a través de señalización variable y de ondas de corto alcance. Esto permitirá al conductor disponer de una señal previa en aquellos cruces de baja visibilidad por estar situados en una curva o un cambio de rasante.
Velocidad limitada temporalmente en tramos dedicados a los ciclistas
Finalmente, con la mirada puesta en reducir las 5.800 muertes por accidente de tráfico de los ciclistas, se establecerá también a partir de septiembre, limitaciones moderadas de velocidad de carácter temporal en aquellos tramos de vías interurbanas que cuenten con mayor presencia de ciclistas. Estos tramos tendrán una longitud máxima de 25 km, o de 15 km si la vía no cuenta con arcén pavimentado.
