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El texting bloquea nuestro “sexto sentido” cuando conducimos
  13 de Mayo de 2016
  El texting bloquea nuestro “sexto sentido” cuando conducimos

Escribir mensajes de texto en nuestro teléfono móvil mientras conducimos es una distracción verdaderamente peligrosa. Todos conocemos el peligro de dicha temeraria acción, pero la Universidad de Houston nos explica ahora el por qué.

Los investigadores de Houston han comparado la distracción que supone el texting (escribir mensajes de texto en nuestros teléfonos móviles mientras se conduce) con otras distracciones habituales, como el ensimismamiento mental, o participar en una conversación apasionada con otros pasajeros.

La conclusión de estudio es que un “sexto sentido” o piloto automático que tiene todo conductor deja de hacer sus funciones cuando escribimos.

Los participantes en el estudio condujeron por el mismo tramo de carretera en un simulador en cuatro ocasiones: una vez libres de toda distracción, una vez mientras tenían que resolver cuestiones cognitivas complejas, otra vez mientras se le realizaban preguntas que atentaban contra sus emociones y una última vez mientras escribían texto en el teléfono móvil.

El resultado es que en las tres pruebas con distracciones el conductor realizaba muchas maniobras de corrección de la trayectoria. Sin embargo, las distracciones cognitivas y emocionales eran corregidas con cierta eficacia manteniendo el vehículo bajo control, mientras que las distracciones debidas al texting llevaban a “desviaciones significativas de la trayectoria y una conducción insegura”.

Esta diferencia es causada por la función que realiza nuestro cerebro en la corteza cingulada anterior, o ACC. 

“ACC interviene como un corrector de errores automático cuando hay conflicto”, explica el investigador Ionnis Pavlidis. “En este caso el conflicto proviene de las zonas cognitiva, emocional y sensitivo-motriz, que con los mensajes de texto los lleva a una situación de estrés fisiológico que se canaliza por los brazos del conductor. El resultado es un manejo errático de la dirección”.

La función del ACC es la de actuar como un "sexto sentido", corrigiendo en situaciones de alta presión los posibles errores de trayectoria. Este sistema tipo “piloto automático” , actúa con gran eficiencia cuando el estrés no interviene directamente en la coordinación ojo-mano.  El ACC se limita a aplicar a la dirección la misma fuerza en dirección opuesta a la que produjo el desvío de la trayectoria.

En el caso del texting, los brazos y las manos del conductor están implicados en una tarea compleja que interfiere con la acción motora automática del ACC, lo que en la práctica anula nuestro “sexto sentido”, o si lo prefieren, nuestro “piloto automático”.

Atendiendo a estos resultados los investigadores buscan actualmente la forma de implementar sistemas de alerta y corrección de errores en los vehículos cuando se detecten situaciones de riesgo debido a distracciones.

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