De este modo se tratará de combatir las retenciones de la A-2 mediante el fomento del transporte público y las motocicletas, que también podrán utilizar el nuevo carril V.A.O.
La idea pasa por adaptar el carril izquierdo de la A-2 como carril Bus-VAO en el tramo que conecta la M-300 con el intercambiador de la Avenida de América. Unos 15.000 viajeros podrían beneficiarse cada día de la medida a partir de 2018, lo que podría reducir el tiempo de entrada en Madrid en un 25%, a la par que se incrementaría la demanda de transporte público entre un 10 y un 15%.
Para optimizar su utilización se gestionará mediante un sistema de “Gestión Inteligente de la Carretera” (ITS), incorporándose dispositivos de señalización variable y balizas luminosas sobre el firme de la carretera. De momento no se tratará de separar los carriles de forma física por ningún tipo de dispositivo.
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