El paso de peatones para valientes que no te castigará las suspensiones. Este paso de peatones tridimensional de la localidad de ísafjörður en Islandia, parece flotar de manera ingrávida justo frete a nosotros, pero solo en nuestra mente.
El solo hecho de la existencia del paso de peatones 3D ya supone una atracción turística más del pequeño pueblo de pescadores. Además, toda Islandia habla estos días de límites de velocidad y seguridad vial a raíz del paso de cebra más famoso de la Isla.
La localidad islandesa de 3.000 habitantes ha encontrado un método alternativo para que los vehículos disminuyan la velocidad sin recurrir a badenes o pasos de peatones sobreelevados. Una simple ilusión óptica hace que los coches y motos que se acercan disminuyan la velocidad para no chocar con el paso de cebra flotante.
El efecto óptico que le hace flotar delante de nuestros ojos es lo suficientemente intenso para que los conductores se acerquen al paso de peatones de manera cautelosa. Claro que como todo efecto óptico, su visión se limita solo a uno de los sentidos del tráfico, por lo que solo se puede utilizar en vías de sentido único.
Además el ángulo de visión debe ser el apropiado, por lo que tampoco se observa desde la distancia o cuando estamos demasiado cerca del mismo. A pesar de ello, el efecto óptico dura unos segundos.
El problema surge porque el paso de peatones ha pasado a convertirse en una atracción en el que los transeúntes se paran para hacerse fotos en diversas posturas. Un riesgo añadido con el que las autoridades no contaban, a pesar de lo cual, el Ayuntamiento espera que los ciudadanos se acostumbren pronto a su existencia y planea extender la idea a otros 24 cruces de la ciudad.
El poderoso efecto óptico está siendo utilizado desde hace años con la misma finalidad en otros países. Se cree que los primeros pasos de peatones de este tipo aparecieron en China en 2008. En la India también se utilizan en diversas localidades, desde Nueva Delhi a Ahmedabad.