Las administraciones parecen más interesadas por el sector de los automóviles que por el de las motocicletas a todos los niveles. En España también se fabrican motos y ciclomotores, y los trabajadores demandan más atención porque sus puestos de trabajo peligran debido a la paulatina robotización o la tendencia a los vehículos eléctricos.
Por todo ello piden ayudas a las empresas para incentivar la inversión en I+D+i, nuevas tecnologías y un plan estatal de formación y reciclaje de trabajadores.
Entre las peticiones citan la jubilación a los 60 años con coeficientes reductores para fomentar la llegada de nuevos trabajadores más jóvenes y formados, disminuir la temporalidad, y un convenio sectorial.
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