Cuando el conde Jules-Albert de Dion y los ingenieros Georges Bouton y Charles Trepardoux fundaron en 1893 la primera empresa que fabricaría en serie un triciclo a motor no se podían imaginar que un siglo después una de aquellos vehículos pioneros, el familiar más lejano de las actuales motos, acabaría en el desván de una vivienda de Gondomar (Pontevedra). El responsable es un vecino de la localidad que desde hace tres décadas colecciona auténticas joyas de la historia de la motocicleta.
Uno de los pocos modelos De Dion Bouton de 1897 que han sobrevivido al paso del tiempo es uno de los tesoros que tiene en la parte más alta de una casa en construcción, pero junto al restaurado triciclo se alinean auténticas maravillas sobre ruedas. Manuel Gómez guarda también como oro en paño la serie monocilíndrica de BMW, única en el mundo y formada por las 13 motos que construyó la fábrica bávara entre 1924 y 1960, entre ellas la R39, fabricada para competición y de las que solo hay tres catalogadas.
Son un total de 131 motocicletas y sidecars, entre las que también hay máquinas de marcas españolas como Montesa, Ossa o Bultaco, y americanas como Harley o Indian, las dos compañías que rivalizaron durante décadas en Estados Unidos. La más fotografiada, sin duda, es una BMW del Afrika Korps, una de las motos que sirvió al ejército del general Rommel, el 'Zorro del Desierto'.
El triciclo De Dion-Bouton se considera el primer vehículo con motor que se fabricó en serie. Es fruto del dinero del conde Albert de Dion, una de las principales fortunas de finales del XIX, y del talento de Georges Bouton, uno de los mejores ingenieros de la historia. Se hicieron varios cientos de triciclos, sobreviven como mucho una decena y dos están en Galicia: el único que queda de 1897, refrigerado aún por aire, y otro de 1899, refrigerado ya por agua y con un gemelo en Francia.
Son tan antiguos que el motor, de cuatro tiempos y una sola válvula, no daba más de 26 kilómetros por hora. El sistema de encendido es por evaporación, ya que la chispa prende una mezcla de oxígeno y vapor de gasolina, y el método de engrase es al aceite perdido. Es decir, cae gota a gota sobre las piezas del motor y se va perdiendo por la carretera. Arrancarlos es tan difícil que la primera vez tuvo que venir desde Barcelona un ingeniero de la antigua Sanglas.
Exposición en Pontevedra:
El Museo de Pontevedra expondrá entre el 23 de abril y el 15 de julio 58 de las motos que guarda Manuel en su casa. Con el título de "Motos históricas. Cien años sobre ruedas" se mostrará por primera vez desde hace muchos años parte de la colección, entre ellas una Monet Goyon de 1922 que resolvía, condicionada por su escasa potencia, el uso del sidecar fabricándolo con un material tan ligero como el mimbre. También se podrán contemplar las míticas Harley Davidson e Indian, así como una FN Sahara, la primera moto que fue capaz de cruzar el desierto del Sahara en 1927.
Manuel Gómez, concejal en el municipio de Gondomar y gerente de una empresa de representaciones no es partidario de una exposición itinerante "porque hay piezas delicadas y sufren mucho" y es escéptico ante la posibilidad de un museo permanente. "No sé, en su día, el alcalde de O Porriño, José Manuel Barros, decía que era un crimen tener esto 'secuestrado', pero quien quiera puede venir aquí a verlas", asegura.
En cualquier caso no descarta cederlas a alguna institución oficial, aunque pone condiciones geográficas. "Hubo tentativas y ofertas, una muy interesante en Portugal, pero no quiero llevarlas a otro país, tendría que ser en el Val Miñor, Vigo, Pontevedra... saliendo de ahí no merece la pena ni hablar, pero se puede buscar en el futuro para ubicarlas en un lugar más accesible", admite.