Las autopistas italianas tienen un índice de siniestralidad para los motoristas muy bajo, de cada 100 motoristas involucrados en accidentes, los fallecidos en carreteras de peaje son 3,5, mientras que en las provinciales, regionales y estatales son 6,2. Solo en los últimos cuatro años han muerto en Italia 577 motoristas en autopistas de peaje, frente a los 1.260 fallecidos en el resto de vías.
El problema es que los motoristas no pueden acceder fácilmente a esta red de autopistas porque tienen que pagar un peaje idéntico al de un conductor de automóvil tipo SUV, y ello a pesar del menor espacio que ocupa en la calzada, su peso más reducido y el menor desgaste que provoca en la vía.
En ningún país de Europa se trata de forma tan desigual a los motoristas: En Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Gran Bretaña, Letonia, Lituania, Noruega, los Países Bajos y Suecia, de hecho, no hay peajes.
En países como Austria, Francia, Grecia, Portugal, Serbia, Eslovenia y la República Checa, las motos pagan entre un 30% y un 50% menos que los coches. En Dinamarca, Noruega, Suecia y Gran Bretaña, las carreteras son gratis, pero los peajes que afectan a algunos puentes o túneles diferencian entre las distintos tipos de vehículos.
Tan sólo en los países que proporcionan una tarifa única para automóviles y motocicletas, como sucede en España, Suiza, Rumanía y Hungría, el costo es muy inferior al vigente en Italia.
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