La medida, aprobada por el anterior Ejecutivo francés, preveía que el próximo 1 de noviembre se empezara a sancionar a quien incumpliera la obligatoriedad de portar el etilómetro.
Además de aplazar esta fecha, el Gobierno galo estudiará la conveniencia de mantener la obligatoriedad de esta medida. Según Fenadismer, prevé someterla a la consulta del Consejo Nacional de Seguridad Vial, y de las asociaciones de conductores y de víctimas de la carretera.
La iniciativa obligaba a instalar el dispositivo en todos los vehículos a motor (camiones, autobuses, turismos y motocicletas de más de 50 centímetros cúbicos).
No obstante, según la patronal de camioneros española, el país vecino ha registrado dificultades para suministrar etilómetros suficientes, "ante la demanda de los conductores tanto franceses como de otros países europeos, y la limitación de la capacidad de producción por parte de los fabricantes de estos aparatos, situados en China y el Norte de Africa".