Junto con la transmisión, el motor es nuevo, de un cilindro, SOHC de dos válvulas, con un sistema de refrigeración por aire forzado y el sistema de arranque dual (a pedal y eléctrico), pero se coloca verticalmente, con efectos positivos en la distribución del peso. Ahora, de hecho, el peso se desplaza hacia la parte frontal, con la promesa de un equilibrio más dinámico. En términos de rendimiento, los números no son tan diferentes: 9,25 CV a 8000 rpm y 8,7 Nm a 6.000 rpm. La alimentación se confía ahora a la inyección electrónica Dell'Orto.
A pesar de perderse la inyección de combustible actual, los técnicos prometen consumo para la Estrella de la LML 125 4T automática del orden de 2,1 l/100 km, que, multiplicada por unos 7 litros de capacidad del depósito de combustible (ahora situado a la derecha), nos da una media superior a los 330 km de autonomía. Estos números son posibles gracias al nuevo sistema llamado LIAS (LML Inlet Air System), que proporciona una mejor refrigeración del motor y la transmisión.
El pie queda liberado
Es evidente que el pie queda liberado, al estar equipada con transmisión automática, la nueva LML 125 4T está desprovista del pedal del freno trasero, que ahora es operado por una maneta en la parte izquierda del manillar, como en toda scooter "normal". Sin embargo, su punto fuerte, el estilo vagamente retro no ha cambiado ni un ápice, salvo el botón de apagado de emergencia, que ahora permite la desactivación de la moto con el contacto puesto, y un par de testigos más en la instrumentación.
Disponible a partir del mes de octubre en diferentes colores, a cual más glamouroso, y a partir de 2.510 €.