Con 45 fallecidos por millón de habitantes, ya ocupa la séptima plaza de la UE, cuando en el año 2001 se situaba en la 21ª, con 136. Por detrás de España se sitúan Alemania (49), destacada en ocasiones como modelo a imitar, y Francia (61), país del que se importaron reformas como el carnet por puntos.
La reducción de la mortalidad se ha acentuado en el 2011 por un cambio en el sistema de cómputo por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) de los heridos graves que fallecen en los 30 días posteriores al accidente. Hasta el 2010 se obtenía con un simple cálculo estadístico, dividiendo el número de heridos graves por un factor determinado. Ahora se calcula haciendo el seguimiento real de los heridos graves a través del Instituto Nacional de Estadística (INE) y los centros sanitarios.
"La cifra se ajusta ahora a la realidad", argumentó ayer la directora general de Tráfico, María Seguí. De haberse mantenido el antiguo sistema, el número de fallecidos hubiera sido de 2.149, un 14% inferior al del año anterior, pero con el cambio estadístico la bajada ha sido casi del 25%. Además la comparativa con países europeos es ahora más real, porque los datos de la mayoría ya se obtenían de este modo.
Al poco de tomar posesión, Seguí ya avanzó que revisaría el cómputo de fallecidos a 30 días. Su advertencia de que "podría haber sorpresas" se interpretó como una señal de desconfianza hacia los excelentes resultados en el descenso de muertes del anterior equipo encabezado por Pere Navarro, pero la sorpresa ha sido en sentido contrario.