La idea de reducir a 50 km/h vías como la M-30 madrileña o la Ronda Litoral de Barcelona, permitiría la coexistencia pacífica de bicicletas y ciclomotores, que podrían circular por los arcenes a una velocidad máxima de 30 km/h.
De este modo se protege a los usuarios más vulnerables, a la par que se incentiva el uso de medios alternativos al coche y al transporte público. Todo ello en pos de facilitar los desplazamientos en la vuelta a la “nueva normalidad” tras el confinamiento por la pandemia de COVID 19.
El eje de la propuesta son los carriles 30 km/h que se pueden habilitar en las grandes circunvalaciones interiores de la capital. Los servicios de alquiler compartido de motos, bicicletas y patinetes eléctricos, también se beneficiarían de la medida.
Desde Pons también se propone medidas para duplicar los espacios de estacionamiento de motocicletas, bicicletas y patinetes.
Fuente: Pons Seguridad Vial