A raíz del aumento de este tipo de infracciones en las carreteras gallegas, Tráfico activará en los próximos días un sistema de control para infractores foráneos ya que resulta prácticamente imposible identificarles y por tanto localizarles para el cobro de la multa correspondiente. Este sistema permitirá fotografiar la matrícula del infractor y enviarla a la patrulla de la Guardia Civil de Tráfico más próxima. Esta procederá a la detención del vehículo y notificará al conductor la infracción y el importe de la multa, que deberá abonar en ese momento. 

Los datos hablan por sí solos. Solo en el primer semestre del año, en A Gudiña, una de las puertas de entrada a Galicia desde la Meseta, 300 conductores extranjeros cazados a velocidad excesiva se libraron de la sanción por el simple hecho de residir fuera de España. Los lugares elegidos para la instalación de estos lectores de matrícula son precisamente Ribadavia, donde hace seis meses fue interceptado un conductor extranjero a 245 km/h, y A Gudiña, una zona por la que transita un volumen importante de ciudadanos foráneos. 

Tráfico ultima la redistribución de los radares en nuevos puntos negros para la seguridad vial. Como viene haciendo cada cierto tiempo, en las próximas semanas dará un nuevo destino a algunos de los 26 radares distribuidos en 52 puntos de control de la red viaria gallega.

En A Coruña se ampliará la vigilancia por radar a tres vías: la AC-12 en la entrada a la ciudad, la AC-512 en Arteixo y la N-VI a la altura del Pasaje. Además, en la A-8 se instalarán dos cabinas en los nuevos tramos de la autovía a Asturias; en la A-52, una en As Estivadas (Ourense); en la N-555, en las curvas de Puxeiros y Tameiga; en la N-VI, una en la circunvalación de Lugo; y en la N-640, una en la nueva vía de acceso al puerto de Vilagarcía.