Por cuarto año consecutivo se han reducido las muertes tanto en ciclomotores como en motocicletas. Si ha principios de la década hablábamos de 800 muertos en conjunto, en 2011 supera ligeramente los 400.
Si nos centramos en los ciclomotores la tendencia es a la baja. Desde 2003 las cifras se han ido reduciendo paulatinamente hasta alcanzar los 37 muertos tanto en zona urbana como en carretera.
En el caso de las motocicletas, la mortalidad fue en aumento desde 2003 a 2007, momento en el que empezó a descender. Hoy, los datos están por debajo de las cifras de 2003. En zona urbana, en 2011, se contabilizaron 97 muertos; mientras que en carreteras sumaban 251.
Los accidentes de estos vehículos representan un 15,8% del total, sin embargo, en estos puntos conflictivos aumentan hasta el 75%. El 50% de estos accidentes graves se localizan en 1.838 km (7,6%), por lo que esto facilita su prevención ya que están localizados. Cuatro de los 10 tramos más peligrosos se encuentran en Andalucía. Madrid entra por primera vez en la lista con dos puntos negros (A-1 entre el enlace con la M-40 y el enlace con la M-100 a Algete), al igual que Valencia –con dos-.
Los alrededores de las ciudades son los más peligrosos para los conductores de motos. Cabe destacar Valencia, Zaragoza, Granada y Málaga. El tramo de la N-125 ubicado en la provincia de Zaragoza, que va desde el aeropuerto hasta el cruce con la N-232, se sitúa entre los 10 peores de España en el riesgo total y en el de accidentalidad de motos.
Coches
El análisis ha tenido en cuenta 24.340 kilómetros de la Red de Carreteras del Estado. Esto significa un 52% de la movilidad total por carretera. De los 1.350 tramos analizados, 24 tienen un riesgo muy elevado (1,8% del total) y 54 un riesgo elevado (4%). Por lo tanto, hay un 5,8% de trayectos que tienen probabilidades muy altas o altas de sufrir un accidente, un 1’5% menos que el año pasado.
Los lugares donde aumentan estas probabilidades están dispersos por toda la geografía española. Sin embargo, si lo analizamos por comunidades autónomas, Galicia (2,9%) y Asturias (2,8%) son las más perjudicadas. Castilla y León (2,3%), Extremadura (2%), Andalucía (1,4%), Aragón (1%) y Castilla La Mancha (0,9%), aún mantienen kilómetros «negros». Aquellas que no disponen de estos puntos conflictivos son Cantabria, La Rioja, Madrid, Cataluña, Valencia y Murcia.
El lugar con más probabilidades para tener un accidente es la SC-21 en la provincia de A Coruña. Galicia y Castilla y León cuentan con tres tramos cada una dentro de los diez más peligrosos.
Si nos fijamos en las provincias, León es la ganadora de este ‘negro’ ranking con un 10%. Uno de cada diez kilómetros están afectados, frente a los uno de cada 20 del cómputo nacional. Le sigue Sevilla, que también ha visto aumentado sus puntos complicados, aunque tiene la mitad menos que la provincia ‘ganadora’.
Cuatro carreteras acumulan el 50% de los kilómetros negros. La N-630 tiene 6, la N-122, N-6 y N-621 tienen dos cada una. Un total de 15 vías de circulación tienen, al menos, un punto negro.
La evolución en los últimos diez años es sin duda positiva, de un 36% ha bajado al 5,8%. En contra posición, los puntos con riesgo muy bajo han aumentado: de un 5% a principios de la década a un 39% del total.
Nueve de cada diez tramos conflictivos están en carreteras nacionales de calzada única, con dos carriles de circulación. Si en el año 2000 la probabilidad de tener un accidente en una carretera convencional era el doble que el de una autopista, en 2011 esa probabilidad es el triple; aunque en ambos casos haya descendido. Esto se debe a que la bajada de los accidentes en las vías de alta capacidad ha caído un 73,4%, mientras que en las convencionales es de un 57,6%.