Un nuevo radar de carreteras situado en la A-52, en Orense, permite sancionar y cobrar en el acto las multas impuestas a los vehículos infractores extranjeros. Estos dispositivos evitan que los conductores abandonen el país sin abonar la infracción, ya que sólo el año pasado 15.000 extranjeros sobrepasaron en la provincia de Orense el límite de velocidad establecido.
El objetivo de la DGT es buscar la igualdad entre los conductores, y que por el hecho de ser no tener residencia en España se circule con total impunidad por nuestras carreteras.
El nuevo dispositivo instalado en Orense se une a los otros cuatro radares fijos con el mismo sistema para «cazar» infractores extranjeros que la Guardia Civil tiene en las carreteras. Estos otros están situados en la AP-7 en Castellón, en la A-7 en Murcia, en la A-31 en Alicante y en la A-52 en Zamora.
Este tipo radar fotografía la matrícula del vehículo extranjero y la envía en el momento a la patrulla más cercana, que procede a efectuar la detención del vehículo para instar al infractor a abonar la multa, que más adelante podrá recurrir.
Durante los 15 días que lleva en funcionamiento ha multado a 50 personas al día que superaban la velocidad permitida.