Bastan menos de tres minutos para que una motocileta desaparezca, ya que el método es muy sencillo: identifican el vehículo de su intereés, lo suben a un carro y lo cargan en su furgón.

«Me robaron la moto hace solamente tres semanas, por la noche, a cincuenta metros del cuartel de la Guradia Urbana. Ya lo intentaron en julio y a pesar de que cambié el lugar donde la aparcaba y aumenté las medidas de seguridad, los ladrones se las saben todas», explica Fran Lucena, un indignado vecino de Sarrià. 

Con ojeadores

«Según me dijeron los Mossos d'Esquadra al hacer la denuncia, los ladrones tienen ojeadores que controlan las motos que más les interesan, como las Scoopys y X–Mas, y se trata de bandas organizadas, algunas operan durante los días de recogidas de muebles para pasar desapercibidos», añade este joven al que robaron su moto en la calle Pedró de la Creu. 

«Al parecer despiezan el vehículo para enviar las piezas a Marruecos y norte de África», detalla. «Dos días después de hacer la denuncia, presencié cómo una furgoneta con los cristales tintados, recorría las calles de Sarrià de madrugada, llamé a la policía pero no vino nadie. Di la matrícula pero aún no se sabe nada», se queja Lucena por la falta de vigilancia policial. «A unos amigos les robaron dos motos en tan solo una semana», añade.

A Ana, de 29 años, le robaron la moto, también una Scoopy 125, a plena luz del día y en la avenida Diagonal. «Nunca me imaginé que la robarían de día y delante de unos grandes almacenes, un lugar muy transitado», explica, ya que era su medio de transporte diario. «Conozco a muchísima gente que le han robado la moto por esta zona y los vecinos están muy preocupados», añade. A María C., otra vecina de Sarrià, le robaron también una motocicleta a finales del mes de septiembre cerca de la plaza de Sarrià.