La propuesta, aprobada con cinco votos a favor, tres en contra y más de una decena de abstenciones, permitirá a los afectados conducir de regreso a casa aunque hayan bebido más de la cuenta.
La propuesta partió del concejal Danny Healy-Rae, que justifica esta proposición para evitar la soledad a la que están condenados muchos habitantes de las zonas rurales del condado. A su juicio, muchos de los afectados no utilizan su vehículo porque tienen miedo a perder su licencia después de beber dos o tres copas en casa y por culpa de ello se quedan solos en casa y caen en depresión, ya que en muchas de estas zonas no existe el transporte público.
«Veo el mérito de tener una norma más estricta cuando hay un gran volumen de tráfico o existen carreteras llenas de vehículos», comentó Healy-Rae a varios medios locales, «pero en las vías de las que hablo no puedes circular a más de 50 km/h, no veo cuál es el problema».
«No tiene ningún sentido, es muy peligroso», replicaba el alcalde, Terry O’Brien, que se opuso a la medida. A su vez, el representante de una asociación irlandesa contra el alcohol, Conor Cullen, ha recordado a su vez en la BBC que, en su país, uno de cada tres accidentes está relacionado con el alcohol: «Incluso en pequeñas cantidades, el alcohol deteriora la capacidad de conducción», ha sentenciado.