Llenar el tanque de nuestro vehículo con combustible equivocado, es un error más común de lo que se cree y puede resultar muy perjudicial para el motor... y para el bolsillo. Según un estudio basado en resultados de la Asociación de Corredores de Seguros Británicos, sólo en Reino Unido más de 150.000 usuarios equivocan el repostaje cada año.
Curiosamente, los propietarios de coches diésel son más propensos a errores de esta naturaleza: hasta el 95 por ciento de los casos se producen con vehículos animados por este carburante.
Y eso que los resultados, claro, pueden ser catastróficos: llenar un coche de gasóleo con gasolina sin plomo puede causar averías desde 400 euros (sólo drenar el tanque) a más de 6.000 si el motor no arranca.
¡Prohibido arrancar!
Es primordial que, ante equivocaciones en el repostaje, no se encienda el motor para evitar que el combustible se distribuya por la mecánica. Ojo, no todas las pólizas de seguro cubren este tipo de sucesos. Además, aquellos que conscientemente introducen el combustible equivocado incurren en un delito que puede suponer una demanda de hasta 6.000 euros.
En todo caso, si nos equivocamos al rellenar el depósito, además de no arrancar, debemos notificarlo a la gasolinera y a la compañía aseguradora de inmediato. Las compañías que cubren daños por mal abastecimiento de combustible (incluyendo la asistencia en carretera) lo reseñan en el contrato como «daño accidental». Lo normal en caso de darnos cuenta en el último momento, es remolcar el vehículo al taller donde proceden al drenaje completo del tanque.