Con la fabricación de la última moto, una Burgman de 125 centímetros cúbicos, la dirección echará el cierre a la factoría en una última jornada a la que la plantilla llega con «nostalgia y pesadumbre», según señalaron fuentes del comité de empresa. Hoy está previsto que salgan otras 52 unidades de la cadena de montaje.
Inmediatamente después del cierre de la fábrica comenzará el desmantelamiento de una de las marcas históricas del sector de las dos ruedas en España y la única factoría que la multinacional japonesa mantenía en Europa.
Tras el cese de la actividad productiva dejarán la fábrica 141 trabajadores de los 169 afectados por el expediente de extinción por cese de actividad aprobado tras el acuerdo alcanzado con los sindicatos. Los 28 trabajadores restantes permanecerán otros dos meses en la planta para realizar trabajos de desmontaje. Además, otros treinta trabajadores de la actual plantilla, de los departamentos de ventas y oficinas, continuarán en la empresa, que prevé mantener un departamento de importación y venta de motocicletas en Gijón.