Según recoge el informe, las diferencias de precios registradas los lunes respecto al domingo han ido evolucionando a lo largo del tiempo hacia una reducción de precios, alcanzando en 2012 un valor medio de 0,7 céntimos por litro. Curiosamente, un día después, los martes la diferencias suponen incrementos de 0,6 céntimos de euro por litro sin que las cotizaciones de los productos de referencia tengan una evolución similar.
Según las cuentas del organismo supervisor, en el 49% de los casos del año 2012 se observa el llamado "efecto lunes", es decir, un mismo patrón de comportamiento, consistente en una bajada del precio entre el domingo y el lunes que se acompaña de una subida posterior, dando lugar a un perfil característico y recurrente en la evolución de los precios.
Sólo en el gasóleo
Este comportamiento de los precios, observado fundamentalmente desde el inicio del segundo semestre de 2012, se ha intensificado desde el mes de octubre, siendo de especial magnitud en los meses de noviembre y diciembre de 2012 y, particularmente, para el caso del gasóleo A.
Durante el segundo semestre, en lo que respecta al gasóleo A existe una correlación con un nivel de confianza del 90 por ciento, mientras que en la gasolina de 95 no es posible demostrarlo, indica la CNE.
Esta situación además es perjudicial para los ciudadanos puesto que las comparaciones de precios que se realizan con el resto de Europa se llevan a cabo con los datos que las compañías aportan los lunes, es decir, que estas bajadas hacen que en la Unión Europea se manejen unos precios que bajan y suben con una tremenda volatilidad que no se ajusta a las cotizaciones internacionales de los productos.
El Ministerio de Industria acaba de enviar una propuesta legislativa en la que intenta acabar con este tipo de prácticas introduciendo la competencia entre marca, en una medida que no ha sido del agrado de las petroleras.
Batalla entre petroleras
El presidente de Galp, Manuel Ferreira de Oliveira, aseguró en una entrevista con elEconomista publicada el pasado lunes que la pelea es constante entre las estaciones de servicio.
De hecho, la caída de la demanda ha forzado a las compañías a desatar una auténtica batalla para poder mantener su cuota de ventas y a incrementar las exportaciones de productos para mantener sus ingresos. Repsol y Galp inauguraron la semana pasada inversiones en refinerías por 2.400 millones de euros.
El Economista