La competición en sí misma es un reto para los estudiantes donde estos, en un periodo de tiempo de tres semestres, han de demostrar y probar su capacidad de creación e innovación y la habilidad de aplicar directamente sus capacidades como ingenieros en comparación con los equipos de otras universidades. Para el propósito de esta competición, el equipo universitario debe considerarse integrado en una empresa fabricante de motos de competición, para desarrollar y fabricar un prototipo bajo unos condicionantes técnicos y económicos dados.
A estos equipos se les pide que diseñen, fabriquen y evalúen un prototipo de moto de carreras para el mercado no profesional. Deberán vender las motos para el "público en general", como si se tratara de una fábrica o empresa de cualquier proyecto industrial. Por tanto, el reto no es sólo un proyecto de ingeniería sino también de un modelo de negocio.
Aspectos como la aceleración, frenado, maniobrabilidad y durabilidad se evaluará durante el evento MotoStudent que se celebrará en el Circuito MotorLand Aragón en el próximo mes de octubre.