El guardia civil Juan Carlos Alonso, de 30 años, ingresó en la prisión de Alcalá Meco para cumplir condena por sus discrepancias con un cabo. El guardia fue condenado a tres meses de prisión por un tribunal militar, un hecho que hacía 20 años que no sucedía en la Guardia Civil.
Alonso entró en el penal de Alcalá Meco pasada la una de la tarde del jueves acompañado por su novia y una representación de compañeros de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Este colectivo, mayoritario dentro del Instituto Armado, denunció que mientras a ellos les tratan como a delincuentes hay otras personas imputadas en España, algunas famosas, que nunca entran en la cárcel.
"Ha sido lamentable, no dábamos crédito a lo que estaba pasando, Alcalá Meco es una prisión con todo lo que ello conlleva", denunció el secretario general de la AUGC, Alberto Moya, minutos después de despedir a su compañero a las puertas del centro penitenciario. "Supone un fracaso absoluto del Estado de Derecho, otro recorte de derechos, un cúmulo de errores y de dejación de funciones por parte de la Administración", añadió antes de censurar al Gobierno por no haber impedido que "uno de sus agentes entre en la cárcel".
Moyá se quejó también de que la Dirección General de la Guardia Civil no haya pedido el indulto para Alonso Farías, anunció "movilizaciones" para lograr la liberación del agente e instó a los partidos políticos a que no se aplique a los guardias civiles el Código Penal Militar.