La localidad gaditana se aferra a la 'fiesta de las motos' como su gran tabla de salvación, ese recurso que en tan sólo tres días permite generar un montante de 43 millones de euros y que concede un poco de aire a buena parte de la sociedad jerezana que tanto padece a lo largo del resto del año.

Desde el pasado viernes hasta ayer domingo, más de 200.000 personas han duplicado la población de la ciudad andaluza, que ha visto como las motos han inundado sus calles y han dado colorido y 'ruido' a este fin de semana tan especial. Y es que ese rugir tan peculiar de los motores ha copado la atmósfera de un Jerez que ha visto cubierta su ocupación hotelera hasta en un 99% (si lo extendemos al conjunto de la provincia alcanza un 90%). Y precisamente la hostelería es la más beneficiada, ya que según las previsiones de la Consejería de Turismo y Comercio, cada visitante habría dejado una media de 75 euros (alojamiento al margen) en su visita durante el Gran Premio.

En plena crisis, parece que el filón de las motos sigue inamovible. A pesar de la que está cayendo, Jerez ha registrado un mayor número de visitantes este año que en 2012. Ciñéndonos simplemente al circuito, los 110.000 espectadores de esta edición superan ligeramente los 103.728 del año pasado. Las condiciones meteorológicas (en 2012 llovió y en esta ocasión ha lúcido el sol de manera espléndida) es cierto que han podido influir en ese aumento, pero no hay duda que, dadas las actuales circunstancias, resulta impactante que se produzca una movilización de semejantes dimensiones. 

Por todas estas cifras, no es de extrañar que el Ayuntamiento de Jerez y la Junta de Andalucía hayan renovado con Dorna (la poseedora de los derechos comerciales del Campeonato Mundial de Motociclismo) el convenio para que el Gran Premio de España se siga disputando en Jerez hasta el 2015. Si bien es cierto que el presupuesto que otorga la administración regional se ha visto reducido en un 36% respecto a 2012 (2,75 millones de euros), todos los esfuerzos son importantes a la hora de mantener una generación de ingresos de este calibre.

Eso sí, en lo que tampoco se ha escatimado es en las medidas de seguridad. La manga ancha que antes se permitía a los moteros no es tal en estos momentos. La libertad absoluta con la que se campaba hace unos años se ha visto reducida por una serie de restricciones a cargo de la DGT que pretende reducir el número de accidentes e incidentes.