En España son muchos los desplazamientos que se llevan a cabo durante las vacaciones estivales. "Mucha gente que elige como transporte su vehículo particular tiende a cometer ciertos errores durante la conducción. Estos errores se agravan si se alarga el viaje, pues entra en juego el cansancio", ha señalado la CNAE.
El primero de ellos tiene que ver con la velocidad. Así, las autoescuelas señalan que es habitual ver furgonetas y vehículos con remolque circulando a 120 km/h por las autopistas y autovías. El conductor cree que la limitación de velocidad va asociada a él mismo y que si es poseedor del permiso B podrá onducir a 120 km/h por estas carreteras.
Lo cierto, sin embargo, es que la velocidad máxima va asociada al vehículo y a la vía, y en este caso, es de 90 km/h para ambos vehículos, y si el remolque no es ligero, de 80 km/h.
En cuanto al alumbrado, pese a lo que puedan pensar algunos conductores, no es correcto circular sólo con la luz de posición y tampoco con la luz de día, que no es una sustituta de la luz de cruce. Dependiendo de las circunstancias de la carretera, se debe utilizar un tipo u otro. Entre el ocaso y la salida del sol, son necesarias, al menos, la luz de posición y la de cruce.
Cuando los vehículos circulen a cualquier hora del día por túneles, pasos inferiores o tramos de vía afectados por la señal túnel, deberán llevar encendido, al menos, el alumbrado de posición y cruce. Todos los vehículos que circulen por un carril reversible, por una vía con carril adicional circunstancial o por un carril habilitado para circular en sentido contrario y el carril contiguo a él, deberán llevar encendido, al menos, el alumbrado de posición y cruce.
Otro error habitual para CNAE es situarse en el carril central, con la idea equivocada, de que está permitido mientras se deje un carril a la izquierda. Este comportamiento supone una infrautilización de la vía: es ilegal y, por supuesto, sancionable, pues obstaculiza la circulación y obliga a otros conductores a hacer desplazamientos laterales innecesarios, con el peligro que dichas maniobras entrañan, según señalan desde las autoescuelas.
Cuando se circula por vías situadas fuera de poblado con tres o más carriles, los conductores deben utilizar el carril de la derecha, pudiendo circular por el resto cuando las condiciones de la vía así lo exijan, o bien cuando necesiten adelantar a otro vehículo.
En los túneles la equivocación más frecuente es no respetar la distancia de seguridad y no utilizar el alumbrado correspondiente-. También es incorrecto pensar que basta con llevar la luz de día.
Mientras, en las incorporaciones, el error más frecuente consiste en pensar que, por encender el intermitente, se goza de algún tipo de prioridad para realizar la incorporación, y por ende para efectuar el desplazamiento lateral una vez que se está circulando, y no es cierto, el indicador sólo informa de la intención de realizar la maniobra.
Ahora bien, el resto de los vehículos tienen la obligación de facilitar la incorporación en la medida de lo posible, bien entendido que facilitar no significa ceder el paso. Cuando un vehículo se incorpora a la circulación, lo hará cediendo el paso a los otros vehículos, teniendo en cuenta la posición, trayectoria y velocidad de éstos.
EN LAS GLORIETAS, ¿QUIÉN TIENE PRIORIDAD?
Otro punto que suele ser conflictivo son las glorietas. El fallo más común es pensar que, en función de qué salida se vaya a tomar en la glorieta, existen carriles establecidos para ello. La glorieta es una vía de sentido único que tiene las salidas situadas en su carril derecho.
La misma glorieta presentará distintas trayectorias posibles en función del tráfico existente, la densidad de circulación, etc., pero siempre habrá que situarse en el carril derecho para tomar una salida, salvo que la glorieta esté diseñada para poder salir desde otros carriles, para lo cual deberá estar señalizada adecuadamente con las correspondientes marcas viales.
Por último, en el caso de las bicicletas y peatones es habitual observar a los conductores de bicicletas circulando por las aceras como si de peatones se tratara, cruzando los pasos de cebra como tales, no respetando las señales de acceso prohibido a las calles, ignorando la señalización dirigida a los vehículos, etc., y "todo ello por la creencia de que estas normas no van con ellos", según la CNAE.
En este sentido, recuerda que los conductores de vehículos están obligados a ceder el paso a los peatones que se dispongan a cruzar la calzada por un paso de peatones, pero no a las bicicletas; para eso están los pasos para ciclistas. A su vez, muchos peatones no respetan las vías ciclistas, ignorando que en ellas sólo pueden circular los conductores de ciclos, es decir, no son paseos peatonales por donde, además, circulan las bicicletas.
Europa Press