El Tribunal concluye, tras analizar 24 proyectos con una inversión total de 3.000 millones de euros, que el coste medio de los seis analizados en España (tres en Andalucía y tres en Extremadura) resultó casi el doble de los seis evaluados en Alemania, tras excluir elementos de ingeniería como viaductos y túneles.
El informe, dirigido por el miembro austríaco del Tribunal, Harald Wögerbauer, recomienda a la CE que averigüe las causas de esa diferencia para garantizar que en el futuro los criterios de licitación y contratación persiguen el resultado más económico en toda la UE.
Los auditores sospechan que esa eficiencia no está garantizada en estos momentos. En España, por ejemplo, cada 1.000 metros de superficie de carretera construida cuestan 160.694 euros frente a los 87.217 euros de Alemania. Solo en Polonia resulta algo más caro, 163.379 euros, mientras que en Grecia se sitúa en 122.562 euros.
El informe del Tribunal señala que ese dato es el que mejor refleja el coste de los proyectos, porque descuenta el coste asociado a circunstancias como la orografía del terreno, mucho más abrupta en España que en Alemania. Las diferencias, según el Tribunal, tampoco aparecen asociadas a los costes laborales de cada país.
El informe de Wögerbauer apunta más bien al proceso de adjudicación de los proyectos, que rara vez se decantó por las ofertas más económicas.
En España y Grecia, según el Tribunal, solo las empresas previamente autorizadas por el Ministerio de Economía pueden participar en el concurso de adjudicación, mientras que en Alemania y Polonia cualquier compañía puede presentar una oferta.
La administración española y griega, además, fijan un precio de salida para el concurso, sobre el que los concursantes ofrecen una rebaja. En ambos casos, sin embargo, las ofertas más bajas eran eliminadas automáticamente si estaban un 10% por debajo de la media.
Esa fórmula matemática, recuerda el informe, ha dejado de aplicarse, en parte, por la presión de Bruselas. Pero permitió que algunas de las empresas descartadas se aliaran después con las ganadoras y participaran en el proyecto cobrando más de lo que habían ofertado.
Hormigón barato
La fragmentación del mercado comunitario también parece contribuir a la diferencia de costes entre países. Incluso un complemento como las biondas o quitamiedos sigue sin estar homologado a nivel europeo, lo que impide una competencia más abierta entre los fabricantes. En este producto de seguridad, Grecia es el país más barato y Polonia, el más caro, con Alemania y España en precios similares.
La construcción de puentes, en cambio, es mucho más barata en España (un 48% menos que en Alemania) gracias, según el informe, al mejor precio del hormigón.