Según han informado los Mossos este viernes en un comunicado, el dispositivo - que duró 20 horas - se desplegó a partir de las 17.00 horas en la entrada de Barcelona por la avenida Diagonal, y permitió localizar cuatro motocicletas que tenían alterada su potencia, y dos más y dos ciclomotores que habían modificado otras características del vehículo.

Además, uno de los conductores no poseía el permiso de conducir "adecuado" para la potencia de su moto, por lo que se lo multó con 500 euros y se le quitaron cuatro puntos del permiso de conducir.

En otros casos, los conductores han sido multados con 200 euros y la obligatoriedad de superar una Inspección Técnica de Vehículos (ITV) especial para comprobar la restitución de las características de su vehículo, según la ficha técnica oficial de la moto.

El control de potencia, según la policía catalana, es una de las acciones incluidas dentro de un plan de acción más amplio, que tiene como objetivo reducir los accidentes de tráfico entre usuarios de motos y ciclomotores.

Para ello, han utilizado un aparato llamado Banco de Potencia, que permite a los agentes controlar que estos vehículos no pasen de su potencia permitida, y detecta si la moto o el ciclomotor ha sido manipulado después de su fabricación.

PREOCUPACIÓN EN INTERIOR

El dispositivo se ha realizado en el marco de un conjunto de actuaciones anunciadas por el consejero de Interior, Ramon Espadaler, destinadas a reducir la siniestralidad en vehículos de dos ruedas, ya que "una de cada cuatro víctimas mortales han sido conductores o ocupantes de motocicletas ", recordó la policía catalana.

En la presentación de la campaña de tráfico de verano, el director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Joan Josep Isern, también mostró este miércoles su preocupación, al destacar que 20 de los 75 muertos de este año son motoristas, sin que se pueda determinar un motivo que explique el por qué.