Los postes se colocaban a ambos lados de la carretera para dar servicio a los dos sentidos de circulación y con ellos se llegaron a cubrir unos 7.000 Km de vías. Estaban separados unos de otros unos pocos cientos de metros para facilitar que los usuarios tuvieran acceso a los mismos sin necesidad de realizar largos paseos por la carretera. El poste poseía un botón que al pulsarlo ponía al usuario en contacto telefónico con el centro de la DGT, donde un operador atendía la llamada y se encargaba de realizar las gestiones necesarias para resolver la incidencia: Enviar los servicios de emergencias, dar aviso a la Guardia Civil o mandar una grúa.
El desarrollo de las telecomunicaciones y la aparición del teléfono móvil fue reduciendo paulatinamente su utilidad desde los años 90 hasta que, el uso generalizado del móvil ha hecho prácticamente innecesaria esta infraestructura. Sirva como ejemplo el dato de que de los más de 53.000 usos registrados a lo largo de 1999 se pasó a poco más de 11.000 en el año 2009. Por ello, desde el año 2010 se dejó de ofrecer este servicio cuyo mantenimiento suponía unos 2 millones de Euros al año.
El desmontaje de los postes se inició en el año 2011 y está previsto que se termine en 2014. Eso sí, estos postes van a mantenerse en determinados puntos donde lo exige la normativa, como en el interior de túneles donde la cobertura móvil está limitada.
Aunque la aparición de la tecnología móvil ha hecho que estos postes sean ya tan poco útiles, es de destacar el extraordinario servicio que han prestado a tantos usuarios de la vía durante tantos años.