El Gobierno central descartaba cualquier tipo de mejora el pasado lunes a través de una respuesta escrita en el Congreso a una cuestión planteada por Chesús Yuste, y a pesar de que en el argumento oficial se reconoce la identificación de un tramo de concentración de accidentes entre los puntos kilométricos 7,7 y 9,2. Sin embargo, se apunta a la "mejora muy notable de las condiciones de seguridad" que ha supuesto la ampliación de la Ronda Norte, que ha incluido la remodelación del enlace con la carretera nacional a la altura de Miralbueno.
El tramo que une el aeropuerto con el cruce de la N-232 fue catalogado hace apenas unos meses como uno de las más peligrosos de todo el Estado, registrando un fallecido y hasta doce heridos graves a lo largo del pasado 2012 entre los puntos kilométricos 3,8 y 9,9. La mayor parte de los siniestros tuvieron lugar en la parte final del recorrido, que soporta una tráfico medio diario de 10.938 vehículos.
Aragón tiene actualmente cinco de los 33 puntos con mayor siniestralidad de la red de carreteras del Estado, según se desprende del estudio EuroRap.
Según advierte este informe, el riesgo es todavía más elevado para los conductores de motocicletas y ciclomotores, ya que este tipo de vehículos se han visto involucrados en más de la mitad de los accidentes que se producen en la carretera del aeropuerto.
Otros puntos en Aragón
Además de la carretera del aeropuerto, el informe apunta hacia otras zonas muy peligrosas en Aragón. Hasta una treintena de tramos conflictivos están repartidos por las tres provincias en el mapa de riesgo elaborado por EuroRAP, entre los que destacan 5 kilómetros de la N-121 en Tarazona, el túnel de Somport, la variante de la N-123 a la altura de Graus y la N-330 desde el cruce de Boltaña hasta la variante este de Sabiñánigo.
A nivel nacional, el mayor porcentaje de puntos peligrosos se encuentran en Asturias y Galicia, aunque estos tramos de riesgo han descendido notablemente en toda España. En la última década, el numero de puntos de riesgo elevado o muy elevado ha descendido del 36% al 5,8%, mientras que los de peligrosidad muy baja han aumentado del 5% al 39% en este mismo periodo.
Heraldo