Ser motero es una forma de vida, y si no que se lo digan a Daniel Domínguez García. Nacido en el valle de Turón, sus primeros pasos sobre dos ruedas fueron en bicicleta y desde que pudo conducir una moto no la ha soltado. Pilota una Honda África Twin de 750 centímetros cúbicos. «Fue el primer modelo que tuve, y al cabo de un tiempo compré una idéntica porque me había dado muy buen resultado», afirma el motorista. Con esa montura ha recorrido prácticamente medio mundo y ha participado en competiciones. Acumula miles de kilómetros de travesías y afirma que la más peligrosa que conoce está muy cerca de su casa. «No conozco peor carretera para los motoristas que la autopista del Huerna, con chapas cortantes, sin guardarraíles adaptados, con zanjas por todos los lados y un pavimento irregular», afirma Daniel Domínguez.
«Me encanta viajar, para mí es muy distinto hacerlo en moto que en coche, no hay comparación», asegura el motero de Turón. «Todos los años intento hacer un viaje largo, he estado en muchos países, pero si tuviera que elegir uno, me quedaría con Noruega, acabó fascinándome», añade.
A sus 36 años, y tras haber recorrido 280.000 kilómetros de distintos países, tiene la costumbre de poner una pegatina en su moto de cada lugar que visita. A penas queda espacio libre para más escudos y banderas de regiones y países. Además de viajar e ir a los grandes premios y concentraciones moteras, Daniel Domínguez también compite, aunque no de una manera profesional. «El mes pasado participé en una competición que se celebra cada año en Portugal, el Rally Les a Les, es parecido al Paris-Dakar, pero para aficionados como yo», explica el motero.
Para Daniel Domínguez y también para la mayoría de motoristas que a menudo viajan por las carreteras, la seguridad es una parte fundamental que nunca debe fallar. «Es muy importante llevar la moto a punto, ir bien equipado, una ropa adecuada y las protecciones necesarias», aconseja Domínguez. «Hoy en día cualquiera que tenga carnet de coche puede conducir una motocicleta de 125 centímetros cúbicos, y por lo tanto hay mucha gente que accede a las motos de una manera muy fácil», asegura. «Lo más importante en la carretera es respetar y tener cuidado», añade. Además, Daniel niega rotundamente el tópico de que las motos son más inseguras y peligrosas que otro tipo de vehículos como los coches.
Después de recorrer medio mundo en su moto y poder comparar el estado de las carreteras de muchos países, Daniel Domínguez asegura que «el punto más crítico y complicado» de entre todas las carreteras que ha pisado «lo tenemos al lado de nuestras casas, la autopista del Huerna, que une Asturias y León». En el virado trazado de montaña entre Campomanes y Onzonilla hay chapas cortantes, está desprovisto de guardarraíles apropiados para motoristas, tiene un firme irregular y hay numerosas cunetas-zanja. «Esta autopista ya está en mal estado para los coches, pero está mucho peor aún para las motos», afirma Daniel Domínguez, que añade que «además, en lo que no hay distinción entre coche y motos es a la hora de pasar el peaje, todos pagamos lo mismo». «Yo paso por ahí pocas veces, solo cuando tengo poco tiempo y no me queda más remedio, pero esa situación que arreglarse ya», reclama. Daniel Domínguez hace un llamamiento a las autoridades y a la empresa concesionaria y pide mejoras en la autopista para que una vez por todas garanticen la seguridad a los usuarios que circulan sobre dos ruedas. «Lo importante es llegar sanos y salvos al destino», asegura el motorista.